Paren máquinas. A las 10 de esta mañana (hora española) se producirá un acontecimiento planetario. Nada que ver con Trump, el Mundial de Rusia o la marcha de Cristiano. El evento que acapara hoy la atención de millones de personas en todo el mundo no es otro que la empresa Epic Games lanza la quinta temporada de su videojuego Fortnite y, como manda el buen márquetin, el anuncio está rodeado de misterios y especulaciones, entre ellas la de que esta nueva entrega está relacionada con los viajes en el tiempo y los portales tridimensionales. Fortnite ya ha superado los 125 millones de usuarios registrados y las partidas online en las que cien jugadores de cualquier lugar del globo se enfrentan entre sí ya es uno de los grandes fenómenos del año. La compañía ingresó en solo un mes 300 millones de dólares con la venta de contenidos ingame, o sea, publicidad interactiva dentro del juego, que es gratuito. Si estas cifras no le dan una idea de la influencia de este juego en el mundo real, entonces, si le gusta el fútbol, recordará cómo Griezmann, Neymar y otras estrellas celebran últimamente sus goles: bailando, porque Fortnite es un fenómeno masivo y global que está influyendo en el deporte, la música y el ocio, pasando del mundo virtual al real y viceversa. Y entre todos esos bailes destaca el floss, que ya ha sido prohibido en algunas escuelas de primaria de Gran Bretaña porque, ojo, se le considera una forma de intimidar a otros alumnos, puesto que en el juego todos los bailes son una celebración de la victoria sobre tu enemigo liquidado. Otra forma de bullying, según esos centros educativos. No sé si los british se la cogen con papel de fumar, pero desde luego hilan fino. A la velocidad que se propagan los acontecimientos, quién sabe si pronto estaremos por estos pagos hablando de una nueva forma de acoso en los patios escolares.
