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Derecho a la diferencia

Una ágil estructura que contiene diálogos y monólogos con mínimos elementos en un polivalente espacio

Dos jóvenes alumnas de un instituto lo expresan abiertamente tras superar incomodidades y prejuicios. Porque Beca y Eva dicen que se quieren. Una ácida manzana representa el fruto prohibido, la tentación y el vínculo entre ambas. La muerden. Es la historia real de un amor. Una relación invisible que se hace visible y se enfrenta a las incomprensiones por esa forma de amar. María Cabrera e Irene Coloma acogen varios papeles y se dirigen a personajes imaginarios en diversas situaciones que van uniéndose. Una ágil estructura que contiene diálogos y monólogos con mínimos elementos en un polivalente espacio. Mejor para distancias cortas con el espectador, como el del sencillo Auditorio Centro Social de Mutxamel, y una obra con la simpatía y ternura del premiado texto del alicantino Juan Luis Mira. Juvenil pieza, al igual que buena parte de su producción teatral, pero muy válida para cualquier público por la exposición en defensa de la tolerancia a lo diferente. La normalización en este tipo de relaciones huye del tabú con su intención pedagógica y el tono de frescura y sinceridad de la pareja de actrices, incluso al asumir otros papeles. Mérito de ellas y del autor y director Juan Luis Mira. Entrañables, con aparente sencillez, proyectan una vida en común y hablan de la inseminación artificial o de la precariedad laboral y de los bajos salarios. El padre diserta sobre el grito de los universitarios de Mayo del 68 con aquello de «¡Haz el amor, no la guerra!» y la revolución antisistema. «¿Pero tú has probado a hacerlo con un chico?», dice. He ahí la jefa de estudios, un muchacho o la encantadora abuela con su álbum de fotos. En clase de biología surge la homosexualidad de los animales, el reconocimiento de otra sexualidad que expone Eva. Termina el curso, y llega el primer día del siguiente. Prosperan algunos detalles anexos a lo esencial, que contribuyen a la progresión escénica, a la variedad de planteamientos y a construir la obra. Esta conduce hacia el emotivo melodrama. El final o tal vez un nuevo inicio con la ácida y verde manzana del almuerzo. María Cabrera, Irene Coloma y Juan Luis Mira, el trío de Ícara Teatro que obtuvo el afecto de los pocos espectadores.

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