Tuve ocasión durante mi etapa madrileña de entrevistar a Carlos Mejía Godoy. Este mes hace 40 años en que por aquel entonces Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina eran famosos en España por canciones como aquélla de: son tus perjúmenes mujer los que me «suliveyan», o Quincho Barrilete, o Clodomiro. El motivo de la entrevista era hablar de la situación de la Iglesia en Nicaragua y del amanecer de la revolución protagonizada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Carlos era embajador del Frente Sandinista en Europa, y era buen conocedor de la participación de la Iglesia nicaragüense en la revuelta, incluso en la guerrilla, contra la dictadura de Anastasio Somoza, que llevaba 40 años en el poder. El padre de Somoza, jefe de la Guardia Nacional y primer dictador de la saga, asesinó a Sandino cuando éste acudió a Managua a firmar la paz con el entonces presidente Juan Bautista Sacasa.

La entrevista con Carlos Mejía Godoy se publicó en el Boletín de la HOAC. Noticias Obreras, julio de 1978. Carlos era buen conocedor de los movimientos cristianos de base; fue el compositor de la Misa Campesina Nicaragüense, nacida y compuesta en la comunidad de Solentiname. En 1966, el poeta Ernesto Cardenal adquirió unos terrenos en la isla Mancarrón en el archipiélago de Solentiname. Está situado en la zona sur del lago Nicaragua, es el corazón de ese país. Allí fundó con otros dos frailes una comunidad cristiana de base con campesinos a los que enseñó a leer, a escribir, dio clases de artesanía y pintura. Allí surgió y existe una pintura primitivista, naif, hoy cotizada en todo el mundo. Allí nació también El evangelio de Solentiname, uno de los libros más conocidos de Cardenal, y la Misa Campesina Nicaragüense a la que puso música Carlos Mejía Godoy. La comunidad fue destruida por el dictador Anastasio Somoza al haberse posicionado abiertamente a favor del Frente Sandinista. Tras la victoria fue reconstruida por Ernesto Cardenal, quien fue ministro durante el primer gobierno sandinista, lo que le supuso enfrentamientos con la jerarquía eclesiástica y una reprimenda pública de Juan Pablo II durante su visita a Nicaragua. Carlos era buen conocedor de la historia de Solentiname y de la situación en Nicaragua

Los posteriores gobiernos sandinistas encabezados por Daniel Ortega, se encontraron con la discrepancia y la oposición de Cardenal, en especial cuando los dirigentes perpetraron el reparto de casas, tierras y bienes nacionalizados lo que motivo que escritores como el también exministro Sergio Ramírez y el propio Cardenal rompieran con ellos. El sandinismo está ahora en la oposición, ha dicho Cardenal quien se enfrentó abiertamente contra la línea estalinista de Daniel Ortega, el actual presidente y de su mujer, Rosario Murillo, la actual vicepresidenta. El actual presidente se granjeaba las simpatías de la que fue jerarquía eclesiástica durante la dictadura, como el cardenal Miguel Obando, recientemente fallecido, mientras se convertía y se casaba con su antigua compañera, la actual vicepresidenta Rosario Murillo. No solo fue una conversión religiosa, también democrática, pactando y aliándose con empresarios o con políticos corruptos, como Arnoldo Alemán al que ayudó a salir de la cárcel.

Rosario Murillo la emprendió contra Cardenal y consiguió que se reabriera ilegalmente en los tribunales una causa, ya sobreseída, por la que pretenden expropiar las tierras, hotel y bienes de la Comunidad de Solentiname El ariete es un extraño ciudadano alemán, Inmanuel Zerger, que se presenta como gestor y promotor turístico de Solentiname, y que ha conseguido que «los jueces de Caifás», que ha descrito Sergio Ramírez, condenen al poeta a una indemnización de 800.000 ? por lo que le expropiarán su único bien: su casa en Solentiname, y también las viviendas de la APDS (Asociación para el Progreso de Solentiname) cedidas a los nativos. Es una forma de destruir Solentiname más sibilina que la de Somoza.

Ortega es un mal presidente. Incapaz de mejorar la situación política y económica -ni con el petróleo de Venezuela- de su país. Ocurrente de un nuevo proyecto quimérico de canal transoceánico. Y, sobre todo, responsable de la muerte de casi doscientos nicaragüenses a manos de los paramilitares y las fuerzas de seguridad. «Un racimo de estudiantes va marchando por las calles de nuestra Nicaragua./ En su pechos va flameando la bandera azul y blanco.../ Aquí germinaron las flores de abril./ Aquí vuelve a brillar el sol./ Aquí se abandonan las viejas consignas/», Los jóvenes de abril es la canción que Carlos Mejía Godoy ha dedicado a la revuelta estudiantil.