Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apuntes

Pere Rostoll

El chiringuito

Era una evidencia que las costuras del Pacte del Botànic que sustenta el Consell que comparten los socialistas y Compromís se iban a empezar a romper poco a poco a medida que se fuera consumiendo la legislatura. Es una ley no escrita en la política. Nadie duda, a día de hoy, de que las dos grandes fuerzas de la izquierda valenciana volverán a unirse para gobernar después de las elecciones de 2019 siempre y cuando la aritmética parlamentaria les conceda esa posibilidad. Pero a partir de ahora quedan diez meses de enredos, batallitas y movimientos para que Mónica Oltra y Ximo Puig puedan presentarse de forma nítida ante sus electorados. El episodio del desencuentro entre Compromís y los socialistas en la Agencia de la Innovación se repetirá casi calcado en otros campos de juego. Este organismo fue un proyecto ideado por el propio Puig con destino a Alicante para impulsar la nueva economía pero que, al final, en la práctica opera como un centro de poder más ubicado en València y hasta ahora sólo ha servido para contratar personal sin apenas ninguna actividad. Y además con un ejecutivo al frente de esa agencia, el exconseller Andrés García Reche, estancado en un modelo de gestión más próximo a la década de los 80 que a la revolución tecnológica actual. Mucho ruído y pocas nueces, reconocen incluso los socialistas. Así que, de facto, la Agencia de la Innovación, a pesar de la importancia de estas políticas en la economía actual, no ha servido, de momento, para nada. Y mucho tendrán que correr de aquí hasta el final de la legislatura para intentar demostrarnos que tiene alguna utilidad porque, de lo contrario, habrá que pensar que sólo era un chiringuito más.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats