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El Indignado burgués

buscando líder con un candil

Me encantaría darles buenas noticias, pero me temo que van a tener que buscarlas en otras partes o en otros ámbitos (o con gentes más optimistas o peor informadas). Yo no veo por ninguna parte a la Gran Esperanza Blanca que vaya a dar la batalla por Alicante en los próximos años, me atrevería a decir que ni en las próximas décadas. Y no es que estemos sobrados de referentes provinciales que hayan pintado gran cosa más allá de las fronteras con Murcia, València y Castilla-La Mancha. Bueno no somos excedentes ni de paladines conocidos más allá de Aguas de Busot y a veces no llegan ni a Sant Joan.

Si fuera cosa de una transitoria escasez me preocuparía poco, pero es que la pertinaz sequía de líderes es tan antigua como las pirámides, de tal forma que buscas en Google «Estadistas Provincia de Alicante» y te remite al departamento de Estadística de la Dipu y «Políticos Alicantinos Célebres» nos lleva al oriolano de adopción Teodomiro, que no es precisamente contemporáneo de Aznar, y desde entonces para acá: la Nada. Bueno, a no ser que consideremos célebres a alcaldes y alcaldesas imputados por corrupción, que serán famosos pero no ejemplarizantes e indudablemente no es lo que más ayuda a que Alicante tenga influencia. Como si presumieras de que Belén Esteban nació en Benalúa o Jack el Destripador en Calpe.

En los últimos cincuenta años si rebuscas de verdad políticos que hayan tenido cierta influencia fuera de una mesa camilla provinciana, se me ocurren a bote pronto los nombres de Pedro Zaragoza que puso a su Benidorm en el mapa; Pedro Solbes, vicepresidente económico y de relaciones con Europa con poderío; Eduardo Zaplana, que desde luego era influyente independientemente de sus abrumadoras sombras y Valenzuela que tuvo una gran autoridad en y contra València y una discreta con Alfonso Guerra de valedor. A lo mejor hay más, pero no caigo ahora. Tampoco es que la Comunidad Valenciana en su conjunto haya dado grandes glorias a España en la faceta política, porque Andalucía, Madrid y las regiones con partidos nacionalistas: Galicia, País Vasco y Cataluña nos han pasado por encima. Y hasta comunidades más pequeñitas y menos poderosas económicamente hablando como las dos Castillas o Extremadura nos dan sopas con onda.

Pero el pasado sólo es indicativo. Si te pones a rebuscar entre los que mandan o quieren mandar en esta provincia lo más normal es que no los conozca ni el Tato; probablemente el único que les ponga cara sea Juan R. Gil que es una enciclopedia de los políticos alicantinos de ayer y hoy. ¿Puede un líder no ser conocido? En absoluto, señora mía, justamente lo primero que trata de conseguir un aspirante es el público reconocimiento, ya sea pretendiente a estrella del rock o a concejal de pueblo. Si no me creen hablen con sus amigos y pregúntenles delante de una cerveza fresquita quién es el alcalde de Alicante, de Elche, de Benidorm, de Torrevieja y de Dénia y quién el presidente de la Diputación. Si aciertan con dos nombres, sus amigos es que son cronistas políticos o poco menos. Ahora que lo pienso, ni siquiera a mí me salen de corrido. Bueno, ni pensándolo mucho?

Y no me quiero carcajear, pero conocer aunque sea uno de los diputados que nos representan (sic) en València o Madrid no es que sea de nota, es que directamente son inexistentes para el 99,89 por ciento de los alicantinos entre los que me incluyo sin avergonzarme. Me sonrojaría si habiendo hecho algo por nuestra tierra yo desconociera sus «fazañas y labores», pero me temo que son perfectamente sustituibles por semovientes y además mucho más caros que los honrados animales de granja, incluidas las gallinas.

¿Y es que no hay líderes en Alicante? -clamo, de la misma forma que gritó Jorge Negrete «¿Es que en España no hay machos?», poco antes de que le partieran la cara. Como no he oído ninguna respuesta del viento entiendo yo que no los hay. En cuanto a que los pueda haber, las trazas son infames. Difícil es que una partitocracia como la actual permita que un político alicantino brille, entre otros asuntos menores porque si eres auténticamente deslumbrante te dedicarás a buscarte un puesto en una multinacional o a fundar una empresa de las nuevas tecnologías y estarás forrado antes de los 25 años.

Y aunque te dediques honradamente a la política -que se dan casos- difícilmente podrás pegar el salto A) A València, B) A Madrid y C) a mandar una pizca en España. Por último, aunque no menos importante, la estructura interna de los partidos sólo permite que en Alicante lleguen a su cima los que no hagan sombra a los ya instalados y como los actuales tienen un nivel de deficiente para abajo, pues ya imaginan cómo se recibe a los nuevos y especialmente si tienen chispa. De uñas es poco.

Claro que, como siempre, las Hogueras habrán sido un desparrame y si ganamos el Mundial, todo resuelto. Y encima tenemos a Rajoy en Santa Pola, que eso siempre es un plus. A lo mejor hasta me lee y pone solución al desaguisado; Mariano, anda, haz algo por tus coprovincianos.

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