La semana pasada se cumplieron tres años de la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno en el Ayuntamiento. Con tal motivo, tanto gobierno como oposición hicieron las pertinentes valoraciones del tiempo transcurrido.

De las cuestiones que dependen de Madrid, poca novedad. El extenso listado de inversiones necesarias sigue vigente y será, ahora, a Pedro Sánchez a quién habrá que seguir reclamándolas a ver si llega algo.

Que el cambio supuso una mejora en la gestión de la ciudad es evidente. Otra cosa es que ese cambio sea el suficiente o sólo una parte del que se podía haber hecho. Téngase en cuenta que mejorar la gestión del anterior Ayuntamiento no debía ser muy difícil. Existe una percepción de que se ha sido muy lento a la hora de tomar determinadas decisiones, especialmente si podían generar debate. Incluso, a pesar de disponer de una Generalitat del mismo color político, no parece que se hayan sabido recuperar oportunidades históricamente perdidas. Las inversiones en el municipio han sido mínimas, para el volumen que Elx representa. Las exigencias al Consell han sido muy tímidas. A punto de finalizar la legislatura, los barracones escolares siguen igual que estaban, aunque ahora se anuncia que, con el Plan Edificant, se irán resolviendo, dejando una imagen de tardanza en tema tan importante. Otro tanto ocurre con el tema sanitario, dotar de más centros de atención a la población, en las zonas de expansión como Altabix y algunas pedanías, sigue pendiente, aunque el Ayuntamiento haya cedido los terrenos, y eso por citar sólo un par de ejemplos.

En el tema del hotel de Arenales estamos en el peor escenario. Otro verano con ese «monstruo» allí, afeando y poniendo en peligro la zona. Es nuestro particular «Algarrobico» y, una vez judicializado, se tostará bien al sol durante años. Del tema del Mercado Central tampoco nos dijeron ninguna novedad. Que está pendiente de Conselleria, por una parte, y del Icomos por otra. Con los restos arqueológicos encontrados en la primera fase y los que, seguro, afectan a los Baños Árabes, y están sin excavar, podría haber sido suficiente en su momento, aunque Conselleria dijo, incomprensiblemente, que no valía la pena conservar. Si no se toman decisiones rápidas y positivas, es fácil pensar que pasarán, como pesada herencia, a la próxima Corporación.

En el tema de la Corrredora es curioso lo que está pasando. Después de haberlo dejado para el final del mandato, de forma incomprensible, han entrado los temores y la falta de tiempo para explicar convincentemente una obra que, bien hecha, podría ser un revulsivo de mejora muy importante para el centro de la ciudad, y poner a Elx a la altura de otras ciudades que peatonalizan y recuperan espacios para la ciudadanía. Todo apunta a que también quedará para el próximo mandato. Era uno de los temas estrella del equipo de gobierno y se ha estrellado antes de empezar. En las últimas declaraciones ya ni se le nombra, si no es a preguntas de la prensa. Acabarán, como decía Rajoy, diciendo aquello de «esa cosa de la que usted me habla?» con tal de no pronunciar su nombre.

Y es que para las elecciones falta cada día menos. Dentro de once meses estaremos votando y todo empieza a supeditarse a esa fecha. Ya hay dos partidos, de los que componen el Ayuntamiento actual, que han designado candidatos a la Alcaldía. El Partido de Elche propondrá, por cuarta vez, a Jesús Pareja, con el objetivo declarado de conseguir, por lo menos, pasar de uno a dos concejales y así tener una pareja. En el PP, Pablo Ruz ha realizado su primer acto público como alcaldable, tal vez con menos asistencia de la esperada y con el lastre de la situación de su partido a nivel estatal y, entre otras cosas, ha propuesto la construcción de un Auditorio en Candalix. Curiosamente, una de las primeras decisiones del PP, cuando gobernó en 2015, fue desechar el proyecto de Auditorio que se previó en el solar de J'Hayton en Carrús. Aún quedan barrios en Elx para que el resto de partidos propongan emplazamientos. Que se hagan es otra cosa.

En todo caso, es evidente que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa refuerza al PSOE local, aunque el actual alcalde no apostara por él, como empieza a verse en las encuestas. Y, si encima, resolviera alguno de los muchos temas pendientes con este municipio sería una inyección que podría notarse en los resultados. Por otra parte, si Podemos en Elx se hace mayor y es capaz de presentarse correctamente a unas elecciones municipales, puede suponer una redistribución, muy distinta de la actual, en el voto de la izquierda local.

Del resto de partidos habrá que esperar a que declaren sus listas y propuestas, aunque no deberían tardar mucho en hacerlo. Cada vez falta menos y ha quedado mucha faena pendiente.