«El obrar sigue al ser».

Tomás de Aquino, teólogo y

filósofo dominico (1225-1274).

Los populares ilicitanos han puesto en marcha la maquinaria electoral, a un año vista, para que no les coja el torito bravo. Pero tratando de evitar un revolcón de la vaquilla se les ha venido encima toda una manada de miuras tipo encierro de San Fermín. Los dirigentes locales no podían prever que la fecha elegida para su primera convención, ayer mismo, se situaría en el ojo del mayor huracán político nacional en muchos años -«procés» aparte-, con el insólito derrocamiento del gobierno de Mariano Rajoy y el no menos inopinado advenimiento de Pedro Sánchez y su relumbrante ejecutivo/ejecutiva estilo «new deal», además de la renuncia del inmarcesible líder popular. Y, encima, en pleno chaparrón tirando a diluvio monzónico que han supuesto las últimas sentencias de la Gürtel, las condenas al PP valenciano y nacional... No, decididamente, no parece esta la mejor fecha ni el ambiente más propicio para que militantes y simpatizantes populares se pongan a pensar en cómo mejorar la ciudad, con lo que tienen en casa.

Y nada digamos -o sí- del papelón del presidente local, Pablo Ruz, joven decidido y de ánimo elevado, pero cuyo nombramiento como alcaldable «in pectore» hecho verbo aquí mismo por el mismísimo Rajoy en persona durante su última visita -con vídeo incluido-, no se sabe muy bien cómo queda ahora, teniendo en cuenta el proceso de renovación -es un decir- que se abre en el PP. ¿El/la nuevo/a presidente/a popular respetará la decisión de su preclaro predecesor? ¿O borrará todos los vestigios del «ancien régime», candidatos aspiracionales incluidos? ¿Tendrá Ruz que hacer méritos otra vez ante el futuro aparato popular o le valdrán los galones adquiridos? Mientras, sin esperar a que estos enigmas se resuelvan, ya han abandonado al presi un par de sus lugartenientes supuestamente más fieles. Expectantes quedamos.

En cambio, el alcalde, Carlos González, y demás integrantes del tripartito, no han organizado -aún- ninguna convención laudatoria, pero sí se juntaron en el mismísimo salón de plenos -aunque sin alfombra roja ni maceros emplumados-, para dar a conocer «urbi et orbi», y con la transparencia que les caracteriza, la gestión de estos tres años. Que haberla, hayla, pese a lo que parloteen los escépticos gorruminos, los resentidos tiralevitas y la oposición abrazafarolas. De tal manera que a la vista de la prolija relación de logros materializados o en proceso de ejecución en este trienio, el ejecutivo plural y sostenible ya no parece necesitar la peatonalización de la Corredora como «pièce de résistance» para cerrar su mandato. Ahora les basta con tener listo el sendero del Pantano, que también es un vial y no es problemático: no hay comerciantes airados ni mociones en contra de la oposición, ni problemas de tráfico... El proyecto, todo lo más, afectará a alguna familia de «fardatxos» o de «raboses», que serán convenientemente realojadas en el entorno, para evitar que se vea afectada la candidatura a Ciudad Verde Europea 2030. Y encima el proyecto lo paga la Diputación; o sea, que miel sobre hojuelas.

El nivel de ejecución del tripartito, aseguran sus prebostes, es estratosférico, no solo en lo concerniente al rescate de los ciudadanos y sus familiares más directos -sobre todo los más necesitados-, sino que también van a dejar a la próxima corporación el nivel más bajo de endeudamiento en décadas, además de una relación de actuaciones cuya sola enumeración deja boquiabierto al más recalcitrante e incrédulo crítico. Y eso no es todo. Aún está por llegar la Dama, como mascletá final a tan magna legislatura. Según han podido saber fuentes generalmente mal informadas pero amigas de la cuñada de un concejal de Compromís, la intención del tripartito (menos de Jesús Pareja, que podría votar a favor o en contra, o incluso abstenerse) es que la añorada pieza arqueológica llegue a Elche -vamos, a Matola- en AVE y que nada más recogerla la corporación de manos del ministro/a de turno, se realice el acto del bautismo oficial del apeadero con el nombre de tan insigne icono íbero. Tras la pertinente actuación de la colla de dolçaina y el «Xè que agust» entonado por todos los asistentes, se organizará una jubilosa romería, con carruajes convenientemente emperifollados, a cargo de la Associació de Carreters d'Elx, para acompañar a la ilustre visitante, a través de Peña de las Águilas, Carrús Oeste y el Pont del Bimil·lenari, hasta el inicio del nuevo sendero al Pantano, para proceder a su solemne inauguración y apertura a caminantes.

Una vez allí se unirá a la comitiva Francesc Cantó a lomos de su brioso corcel y las comisiones festeras con sus trajes de gala, Orden de la Dama, Moros y Cristianos, Pobladores y Amigos del Arroz con Costra, para seguir todos juntos y juntas a pie o en carro por la nueva senda pantanera, «pujant serres i llometes» hasta más allá del Molí Nou. No se disparará ninguna coetà, por el riesgo de incendio de la florifauna autóctona del lugar, en proceso de rehabilitación, pero Mireia Mollà, como responsable de Turismo y Fer Herbetes, cantará el «Aromas y aromos ilicitanos e ilicitanas» en versión igualitaria, inclusiva y participativa (otro día reproduciremos la letra adaptada a los tiempos que corren). Acabada la peregrinación, varios autobuses recogerán a los romeros y, una vez en la ciudad, la Dama será depositada en su lugar de honor en el Palacio de Altamira a los compases del Himno a Elche cantado por Pablo Ruz (es el único de la corporación que no desentona y se sabe TODA la letra). Solo falta el visto bueno del Ministerio de Cultura a tan excelso programa. Lástima que se haya ido Màxim Huerta. Ánimo.