Hace unos días leíamos las declaraciones del señor concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Torrevieja, de cara a la cercana temporada estival, manifestando que «con los mismos efectivos se redoblará la presencia policial». Perplejidad.

Sin haber sido capaces de gestionar una oferta pública de empleo que cubra las plazas de policía necesarias y urgentes, con una plantilla cada vez más envejecida con agentes pasando a segunda actividad y sin incrementar un solo efectivo desde antes del 2010, sin implantar una bolsa de servicios extraordinarios y con overbooking de puestesicos en despachos, como no se obre un milagro similar al de los panes y los peces... pues no sabemos.

Debe ser que, al igual que el señor alcalde, el concejal de Seguridad ha pasado últimamente demasiado tiempo en la cercanía del Asesor-libredesignado reconocido por sus dotes de vendedor de humo. Y ya se sabe el refrán: «El que a un cojo se arrima...».

Y ahora, muy oportunamente, salen a la palestra concejales en la oposición afirmando que el equipo de gobierno ningunea a los funcionarios. Memoria de pez. Más de un año nos tuvieron tocándoles a la puerta pidiendo diálogo y negociación.

Posiblemente, la problemática de la Policía ha sido más visible gracias a las reivindicaciones de algunos sindicatos. Pero la Policía Local tan solo es la punta del iceberg de un Ayuntamiento que sufre una situación muy grave. A las enormes carencias en medios y personal, hay que sumar una estructura y organización desfasadas, más propias de un pueblecito que de un municipio de gran población. Con el paso de los años, lejos de adaptar la Administración local a la nueva dimensión del municipio, se han ido poniendo parches, protegiendo cada uno sus intereses y status, dejando de lado el interés general.

Han proliferado los términos «accidentales, temporales, provisionales», de manera que casi nada está en su sitio, o casi nadie. Jefes de negociado haciendo de administrativos en otros departamentos. Auxiliares administrativos que son obligados a ejercer esas jefaturas. Peones haciendo de auxiliares, o de conserjes. Policías haciendo de bibliotecarios o de perreros. Bueno, pues ponemos a los voluntarios de Protección Civil a hacer de Policías. Sin póliza de seguro. Con las ayudas sociales bloqueadas. Y que no se ponga enfermo mengano o se coja vacaciones, que se para el mundo.

Las propuestas y peticiones de la Junta de Personal Funcionario y Comité de Empresa caen en saco roto. Triunfa el inmovilismo que tanto parece gustar a algunos. Ni reglamentos, ni R.P.T., ni calendario laboral, ni Acuerdos sobre servicios mínimos o condiciones de trabajo. Mejor que nada esté escrito, improvisar sobre la marcha. Mientras, la mayoría de los funcionarios están cada vez más hartos de cómo van las cosas.

Desde esta sección sindical seguiremos reclamando de los diferentes equipos de gobierno, con su pléyade de asesores, que tomen la iniciativa para revertir esta situación, escuchando a los representantes de los trabajadores, negociando y aplicando las medidas necesarias para la mejora y el impulso de la función pública en los distintos departamentos de este Ayuntamiento.