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Aprendamos a vivir mejor

Por favor, da vida

o sé sí les comenté lo feliz que fui y cómo me emocioné viendo a una mujer norteamericana oír el latido del corazón de su hijo: él había muerto, pero antes de hacerlo habían trasplantado su corazón a otro joven, y ella oía en él sus latidos a través del fonendoscopio.

Hoy celebramos el día mundial de los trasplantados, podría ser el día mundial de la vida. Decimos que donar sangre es donar vida, es así, pero ¿cómo llamamos a donar órganos?

Seguro que conoce a personas famosas que siguen vivas por haber recibido un órgano. Así sucedió con el cantante Raphael, ese beneficio de un hígado, o el gran cantante Josep Carreras que recibió uno de médula ósea.

Son muchos los órganos que podemos donar. Son frecuentes los trasplantes de córnea, de un riñón, de médula, incluso de parte de un órgano, que puede ser hígado o páncreas. Sepa que incluso hay padres que engendran un nuevo hijo para que cuando nazca pueda facilitar uno de sus órganos a un hermano que ya nació y que padece una lesión irreversible de él, lo hacen con la esperanza de que no lo rechace.

Para hacerlo basta con firmar un documento que está disponible gratis en la mayor parte de nuestros hospitales, en el servicio de información y atención al paciente, el SAIP. En ese centro se ha constituido una comisión de trasplantes, pues deben estar preparados para extraer el órgano, procurar mantenerlo en muy buenas condiciones -habitualmente congelado para que su metabolismo disminuya y se mantenga funcionando bien más tiempo-, buscar un receptor que no lo rechace -eso es más fácil entre familiares muy próximos-, también trasladarle a donde aquel habite y que un equipo quirúrgico se lo implante.

En los hospitales el papel de los médicos de urgencias o de cuidados intensivos es clave. Y en la sociedad la de todos nosotros que podemos donar.

Sepan ustedes que nuestro sistema inmunológico se encarga de reconocer lo que somos, y cuando algo se transforma o nos agrede desde fuera, por ejemplo una bacteria o virus, se encarga de destruirla. Eso hace que si el órgano a trasplantar no es compatible lo rechace.

Luego la ciencia ha procurado sortear el problema y utiliza fármacos inmunosupresores para evitar que eso suceda. Siempre he sabido que la vida es muy peculiar, y creo que los Testigos de Jehová aceptan recibir órganos, pero no sangre, por lo que para trasplantarles uno hay que liberarle de la sangre.

Antes, cuando los motoristas eran más descuidados y las carreteras estaba en peores condiciones, había más órganos a trasplantar pues algunos morían accidentes de tráfico; ahora por fortuna su número ha disminuido.

Pero, y, por otra parte, nuestra sociedad ha tomado más conciencia del problema, ha creado la Organización Nacional de Trasplantes, que ha tenido unos directivos increíbles, como Rafael Matesanz y actualmente Beatriz Domínguez-Gil, que han hecho que seamos un país del mundo más generosos en donación.

De hecho, he tenido acceso a estadísticas que se publicaron en 2016, y que demostraban que hemos ido creciendo en el número de donaciones desde 1980, y alcanzamos entonces la cifra de 46 donantes por millón de habitantes. España es el líder mundial. Lo es durante 24 años consecutivos, al superar los 100 trasplantes por millón de habitantes. Y ¡asómbrese: más de la mitad de los donantes tenía más de sesenta años. También debe saber que en esos datos era Cantabria la comunidad autónoma con un porcentaje más alto de donantes.

Para donar es preciso tener más de 18 años y estar en plenas facultades físicas y mentales. Sólo se puede recurrir a donantes vivos si las probabilidades de éxito del trasplante son altas, y hay aprobación del comité de ética del hospital donde se extrae el órgano.

Para los donantes muertos hay que contar con su aceptación previa, y en el caso de niños, la autorización de sus padres o tutores, así como la certificación oficial de que la muerte se ha producido.

Nuestro sistema evita que exista un tráfico de órganos, como existe en otros países, en los que alguien con dinero es capaz de pagar por un órgano y conseguirlo. Las mafias se lo procuran, incluso hay gente pobre que cambia uno de los suyos por dinero.

En Alicante contamos con algunos investigadores increíbles, como Francis Mojica y Juan Carlos Aizpizua que se ocupan del tema. Han demostrado en animales que es posible introducir piel, es decir células maduras de un donante en el embrión de un animal, por ej. un cerdo o un cordero, y esté fabricará un órgano, que si se le extrae se puede implantar en el donante de las células maduras y no las rechazará. Ahora hace falta dar el paso para hacerlo posible en el hombre.

Se ha intentado utilizar células Madre para sustituir las que en un órgano están dañadas, por ejemplo del páncreas para que implantadas produzcan insulina en un diabético, que no es capaz de fabricarla, o del músculo cardiaco para suplir las muertas tras un infarto, pero de momento no hay resultados eficaces.

Hace muy poco ha muerto María Dolores Pradera, una de sus canciones conocidas provenía de Violeta Parra cuya letra decía: «¡demos gracias a la vida que nos ha dado tanto?!» Yo añado: hasta una sociedad que puede hacer que si uno de mis órganos se daña me lo cambien.

* Óscar Torregrosa, médico internista del Hospital General Universitario de Elche, y Jaime Merino, internista jubilado.

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