Bajo este lema tan significativo, Naciones Unidas pone el dedo en la llaga del problema del plástico en el planeta. El mensaje del Día Mundial del Medio Ambiente es sencillo, tal y como dice António Guterres, secretario general de Naciones Unidas: «Rechaza el plástico descartable, si no puedes reusarlo, rehúsalo». La invención y producción de plásticos supuso uno de los avances más importantes del hombre pues con este invento, se podía obtener un material barato y con miles de aplicaciones. Fue una etapa de la evolución humana marcada por el desarrollo, por la capacidad del hombre de transformar los materiales y crear nuevos usos: desde contenedores de líquidos, protectores de alimentos, guantes y material sanitario, juguetes? Todo se podía hacer con plástico.

Pero al igual que con otros inventos que causaron un tremendo impacto positivo en sus inicios, como el pesticida DDT para combatir plagas de insectos y cuyo inventor recibió el premio Nobel, o el motor de combustión que acortó tiempos en el transporte, uno de los culpables de la persistente acumulación de gases de efecto invernadero y del calentamiento global, el paso del tiempo, el mal uso y la persistencia en su utilización han generado un problema ambiental de primera magnitud.

El plástico se ha convertido en uno de los problemas de contaminación más graves del planeta. Su duración en el tiempo y su escasa degradabilidad en el medio ambiente, son una amenaza para nuestra propia subsistencia como especie. Así, este año el Día Mundial del Medio Ambiente busca concienciar a la sociedad sobre este grave problema que tenemos que atajar ya y de forma radical.

Las cifras que se relacionan con el plástico son mareantes y baste reseñar que todos los años se vierten más de ocho millones de toneladas de plásticos a los océanos. Su degradación produce microplásticos que son ingeridos por las especies marinas y que finalmente afectan a nuestra cadena alimentaria. Cada minuto, en el planeta, se compra 1 millón de botellas de plástico conteniendo bebidas, y no queda ahí la cuestión. En una época con limitaciones de recursos energéticos usamos cada año 17 millones de barriles de petróleo para producir botellas de agua.

No hay más solución que cambiar nuestros hábitos diarios para reducir y eliminar la pesada carga contaminante que suponen los plásticos, retirarlos del medio para evitar su contaminación (tanto en los mares como en el medio terrestre), promover su reciclado y reutilización. Muchos de los problemas asociados al plástico se deben a que son de un solo uso, a la inexistencia de sistemas de reciclaje y sobre todo la falta de conciencia social en la obligación de retirar los plásticos de forma conveniente.

Es cierto que el plástico tiene usos muy valiosos, pero su presencia en el medio es una amenaza para nuestros recursos naturales, para la biodiversidad y para nuestra salud. ¿Estamos dispuestos a pagar tan alto precio por seguir usando plásticos desechables? Si seguimos contaminando nuestra casa, acabaremos hundidos en la contaminación, con graves consecuencias medioambientales de difícil o imposible solución. Detengamos ya el uso de los plásticos sin reúso.