Este fin de semana se ha celebrado en Barcelona un importante encuentro contra el odio y la violencia. Más de una treintena de entidades dedicadas a luchar contra la discriminación que sufren lesbianas, gais, bisexuales y personas trans e intersexuales se han reunido en el primer encuentro internacional de observatorios contra la LGTBIfobia, organizado por el Observatori contra l'Homofobia de Cataluña (OCH). Una entidad referente, con una dilatada e importante trayectoria que lucha diariamente contra los delitos que tienen su origen en el odio hacia la diversidad sexual y de género. Es un encuentro pionero en España, que por desgracia está a la cola de Europa en la investigación, denuncia y registro de las agresiones basadas en motivos discriminatorios.

La Comunitat Valenciana ha estado presente con una delegación encabezada por la directora jurídica del Observatorio Valenciano contra la LGTBIfobia, la abogada Clara Martínez Ratí, que es la letrada que atiende, dirige y gestiona el servicio jurídico del Observatorio Valenciano. Cada día, el Observatorio atiende a personas que han visto vulnerados sus derechos por motivos discriminatorios basados en su orientación sexual o su identidad de género o que han sufrido algún tipo de violencia o agresión. Nadie puede discriminarnos por ser quienes somos o amar a quien amamos, pero es un hecho que ocurre con demasiada frecuencia. Y generalmente tiene lugar en la más absoluta de las invisibilidades.

En el conjunto del territorio autonómico, durante el año 2017, el Observatorio recogió la cifra total de 79 incidentes y delitos de odio por motivos de orientación sexual e identidad de género. Las cifras preocupan porque, según la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, solo se denuncian un diez por ciento de los delitos de carácter discriminatorio. Esto, en términos absolutos, significa que los delitos de odio cursan en una impunidad casi total, lo que provoca la invisibilización de lo que ocurre y sus causas. La consecuencia de esta situación de infradenuncia es que si no se conoce lo que sucede difícilmente se puede prevenir, atajar y erradicar.

Algo está cambiando. El encuentro de Barcelona que ha unido a los responsables de la lucha contra la homofobia, bifobia y transfobia en España, especialmente a los responsables autonómicos de Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, supone un antes y un después en el futuro de la lucha contra el odio y la impunidad. Significa que el movimiento social organizado está poniendo ya sobre la mesa herramientas para la detección y el registro de la violencia y, sobre todo, proponiendo posibles soluciones para poner en marcha políticas públicas fundamentales para erradicar la violencia y el odio. No dejemos que este enorme esfuerzo y trabajo caiga en saco roto y luchemos desde todos los ámbitos porque la diversidad sea respetada. Tenemos la obligación ética, democrática y ciudadana de denunciar lo que está pasando.