Con motivo de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Día de Caridad, tengo ante mí la Memoria de actividades de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante 2017. Al analizar su enorme labor expresada en datos, es preciso recordar que detrás de las cifras está la vida de tantas personas a las que Cáritas ha servido y acompañado este año, así como la acción de tantas personas -sacerdotes y diáconos, directivos, voluntarios y profesionales- que han hecho realidad ese servicio y acompañamiento.

Todo el conjunto de datos y de actividades es reflejo, débil reflejo, del sentir solidario y comprometido de nuestra Iglesia con los más desfavorecidos. Una Iglesia, entre nosotros, que actúa con ellos, además de por Cáritas, por medio de Asti (Secretariado de Migraciones), Pastoral Penitenciaria, S. José Obrero, Manos Unidas, Casa Véritas,? y un conjunto de servicios e instituciones. Iglesia profundamente afectada, positivamente, por el iluminador magisterio del Papa Francisco, quien invita constantemente a recuperar la frescura original del Evangelio, encontrando nuevos caminos para llegar al ser humano necesitado y, siempre, sin encerrar al Señor en nuestros esquemas y nuestras paredes, incapaces de contener la fuerza del amor y de la luz que nos regala su Espíritu.

El individualismo, el relativismo hecho doctrina absoluta, la divinización del dinero, del placer y del poder a costa de lo que sea, el mal uso y reparto de los bienes, el ninguneo de la Creación constantemente maltratada, piden nuevos acentos y nuevos modos en la evangelización. Por eso nos recuerda el Papa que en un mundo plagado de iniquidad es necesaria la misericordia; en un mundo cargado de individualismo es necesaria la solidaridad; y que en la cultura del descarte busquemos la dignidad de la persona.

Haciéndome eco de sus enseñanzas, y mirándoos a cuantos dais vida diariamente a la acción de Cáritas, y a los otros servicios diocesanos a las distintas pobrezas, os recuerdo que él nos anima a todos a ser evangelizadores con Espíritu; en esa línea os aconsejo que leáis su última Exhortación, «Gaudete et exultate», sobre la llamada a la santidad en el mundo actual. Así os deseo a vosotros, que os movéis entre tantos problemas y tocáis tantas necesidades, que no os dejéis vencer por el desánimo, ni por las tentaciones: como la pérdida de comunión eclesial, la crisis de identidad o la caída del fervor para servir, antes venced todo pesimismo estéril y sed signos de esperanza y testigos constantes de la misericordia de Dios.

A todos, incluidos los fieles de nuestras parroquias y comunidades que os sostienen y a quienes representáis, mi gratitud.

Os deseo una feliz celebración del Corpus, que es día de Caridad ante la máxima expresión de la caridad del Señor hacia nosotros, que es habernos regalado en la Eucaristía, con su presencia, el memorial de su amor, y el alimento que nos sostiene en el camino hacia la vida eterna.

A todos mi saludo, con mi afecto y bendición.