En la hora del adiós de Paco Peña, es de justicia agradecerle sus múltiples servicios prestados al Hércules durante nueve temporadas. Porque no es nada fácil jugar tantos partidos, con regularidad, durante nueve temporadas en todas las categorías: Primera División, Segunda y Segunda B. Por derecho propio, Peña ingresa en el selecto club de los jugadores con más partidos en la historia de este club casi centenario, junto a ilustres como Paquito, José Juan, Baena, Parra, Aracil, Maciá, Rivera... Esto tiene un mérito gigante y hay que reconocérselo al extremeño en su justa medida.

Paco ha sido un jugador con muchas cualidades y un poco de todo. Un futbolista muy completo. Buen defensor, pese a su corta estatura, apenas hacía concesiones a los delanteros, que no conseguían cabecear cuando les marcaba. Y en la faceta ofensiva, su buena pierna izquierda siempre le permitió incorporarse al ataque con peligro e intención a través de paredes con los compañeros y buenos centros en las cercanías del área contraria.

Con todas estas virtudes, estoy seguro de que hubiera jugado muchos años con nuestro equipo en Primera División en aquellos maravillosos años 70...

Si técnicamente estaba bien dotado, la faceta física fue otro de sus fuertes porque, gracias a su experiencia, supo dosificarse y administrar los esfuerzos para llegar en activo hasta casi los 40 años. Sabía como descansar durante los partidos y regular el sacrificio, que siempre fue una constante en su carrera. Se nos va un grande del Hércules, un futbolista completo.