Entre todos los delfines eligieron al besugo. Tal es el estado de gracia en este momento del Partido Popular de Madrid, que ha resuelto que el consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno de esa comunidad sea el sustituto de la caída en desgracia Cristina Cifuentes. El delfín se llama Ángel Garrido, y es una auténtica mina para las redes sociales. Esto lo escribió el 11 de septiembre de 2009, en el contexto de aquella moción de censura que llevó al PSOE a la Alcaldía de Benidorm tras el pase de un tránsfuga del PP: «Por desgracia, Berlusconi es un símbolo de la política actual, un gañán, zafio y analfabeto funcional... ¡en Benidorm triunfaría!». Un portavoz del portavoz asegura que sólo en aquel contexto puede explicarse su aserto, pero cuando un portavoz necesita un portavoz... Menos mal que a Benidorm no van madrileños. O sea. El muchacho es una mina. Las redes sociales están desempolvando mensajes antiguos de esta lumbrera. Lo mismo llama incultos a los valencianos, que fea a Cristina Cifuentes, que se jacta de robar albornoces en los hoteles. El nivel de zafiedad, gañanería y analfabetismo funcional con que se abre en canal la gran esperanza blanca de los populares de Madrid da para echarse un par de risas. Y también un par de lágrimas: los madrileños no se merecen que les represente semejante botarate. En lo que comienza a ser común entre muchos políticos, el tipo también se maneja en internet con una identidad falsa para defenderse de los ataques enemigos, pero no anda fino el besugo y se lía de tal modo que se confunde de cuenta y se insulta y contraataca a sí mismo en el mismo mensaje. Community manager no parece. Si el actual alcalde de esta ciudad, Toni Pérez, y el senador de la cosa turística dentro del PP y también benidormense, Agustín Almodóbar, no salen como tiburones a comerse a este delfín -más allá de invitarle a conocer la ciudad- habrá que pensar que entre estos gobernantes y Berlusconi quizá no haya tanta diferencia.