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La andanada

Las hogueras y sus caras

Pues ya tenemos carteles para Hogueras. Como han podido seguir desde estas mismas líneas con detallada puntualidad, el pasado viernes se presentaron en el Ayuntamiento de Alicante las combinaciones que protagonizarán el espectáculo de pago más multitudinario de nuestras queridas fiestas, ese que dio argumento y fuste principal a aquellas primeras «Fogueres de San Chuan» de 1928. Los toros vienen siendo consustanciales a las fiestas del fuego desde su mismo nacimiento, por más que en los últimos años hayan sufrido una campaña de persecución, ninguneo y casi acoso que ha retratado a quienes la han orquestado y pretendido dar carácter de institucionalidad, y también a quienes lo permitieron por pactos o desconocimiento, que de todo hubo. Sí, volverá a haber toros por San Juan. Sí, volverá a vivirse una de las manifestaciones culturales vivas más ancestrales y arraigadas a nuestra historia y a nuestro presente. Sí, volverá a sentirse el calor del toreo desde los tendidos. Mal que les pese a muchos, que a buen seguro volverán a tratar de torpedear aquello que desconocen pero niegan.

Y tenemos una feria bien maja, no nos vayamos a engañar. Siempre recuerdo desde estas líneas aquello de que cada aficionado lleva su feria en la cabeza. Al empresario le toca tratar de contentar a cuantos más, mejor. Y a su bolsillo. Y a los que gozamos de una tribuna de opinión como esta, valorar de la manera más ecléctica posible. Y desde esa postura equidistante, la feria que se anuncia para junio es buena. No sé si la mejor, como afirmaron la concejala Mari Carmen De España y el empresario Nacho Lloret desde el fragor de la mencionada presentación. Al fin y al cabo, cada feria es un poliedro que se puede observar desde muchas caras.

Gratísima la vuelta de Francisco José Palazón, presente en el acto del viernes. Humanamente, él es el protagonista del ciclo. Buena gente y buen torero. Ojalá nos vuelva a deleitar con ese toreo natural que surge de sus muñecas cuando hay ocasión propicia. Qué bien que haya protagonistas alicantinos. Como también Manzanares, todopoderoso ya en su plaza, e incluso Andy Cartagena en la de rejones que abrirá la feria. Qué pena que la tarde del santo, sin embargo, esté ayuna de ese acento de la «terreta».

Si miramos el conjunto ganadero, la pérdida de variedad es demasiado evidente. Y que no nos vengan con lo de Garcigrande, que poco tiene que ver. De nada han servido los interesantes pasajes en nuestra plaza de encastes distintos al «domecq» para que tengan un hueco en la feria. Si queremos dar argumento de variedad al toreo, mala señal es esta. Quien lo niegue no demuestra ser buen aficionado. Aunque se pueda justificar con intereses económicos y numéricos. Si tanta vara andamos dando con lo de que si la fiesta ancestral, si el tesoro genético, si la riqueza y la diversidad y demás historias, mal se argumenta luego donde más hay que demostrarlo. A este paso, a la Fundación del Toro de Lidia habrá que llamarla «Del Toro Domecq»...

Pero es una buena feria, aunque por tercer año se quede sin su más que merecida alternativa Borja Álvarez. Otra piedra contra nuestro tejado, es decir, la cantera. ¿De verdad apoyamos a nuestra Escuela Taurina? ¿De verdad queremos que salgan toreros de la tierra? Pero el apodo Manzanares manda mucho, como bien ha quedado claro, por si a alguien le cabían dudas. Y él ha exigido conceder el doctorado a Diego Carretero, un novillero con buenas trazas del que se han «olvidado» las empresas al comienzo de esta temporada. No sería tan polémico el hecho de no existir el agravio con Borja.

Claro que sí: una feria con Ponce, Juli, Talavante, Pablo Hermoso de Mendoza, Ureña, Román, Morante de la Puebla y Roca Rey, más los nuestros, en apenas cinco tardes, es sin duda una buena feria. Aunque dejemos la novillada otra vez para agosto. Ojalá podamos contar, también luego, que de verdad fue una gran feria.

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