La Región de Murcia, que tiene en vigor una Ley de Igualdad para las personas LGTBI aprobada en 2016, ha decidido suspender el programa de formación en centros para el respeto a la diversidad sexual, familiar y de género. Lo hace a propuesta de la entidad radical Foro de la Familia que propugna la difusión de mensajes discriminatorios hacia todo lo que no entra en su reducido esquema moral. Adela Martinez-Cachá, consejera murciana de Educación, dice que la libertad de los padres está por encima la de convivencia en las aulas y que, por supuesto, pueden elegir educar a sus hijos o no en el respeto a la diversidad sexual, familiar y de género. Como si la escuela pública no tuviera unos deberes constitucionales y legales básicos para formar alumnos respetuosos con todas las identidades y orientaciones. Imaginemos que la consejera hubiera decidido -a propuesta de una organización racista- eliminar la obligación de asistencia de los alumnos y alumnas a los talleres contra el racismo o la xenofobia. Cuesta entender que un gobierno autonómico se pliegue de manera tan burda e irracional hacia los postulados de una sola organización, y más si hay que inaplicar la ley autonómica que expresa la voluntad de todo un pueblo. Y nos hace reflexionar sobre la aprobación de leyes del respeto a la diversidad sexual, familiar y de género para luego saltárselas, lo que es bastante preocupante. El día 2 de mayo celebrábamos el Día Internacional contra el Acoso Escolar. Muchos niños y niñas sufren todavía la violencia y el odio en las aulas. Por ser diferentes, por su origen, su cultura o simplemente por tener una orientación, expresión o una identidad de género distinta. Cuando el acoso escolar es por orientación sexual o identidad de género es más duro todavía porque generalmente se vive en ausencia de referentes adultos y en total soledad. La Comunitat Valenciana emprendió hace algún tiempo un cambio de paradigma educativo en el que la diversidad sexual, familiar y de género se entiende como una oportunidad educativa. Ha formado docentes en convivencia e igualdad y ha aprobado protocolos para la erradicación de la violencia de carácter lgtbifóbico. Esperemos que aquí no ocurra como en nuestra comunidad vecina. Que nadie nos cambie el anhelo de otra escuela posible donde la convivencia y la igualdad sean la base para formar a las personas del mañana.