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Apuntes

Por un puñado de votos

La vida política en Elche adquiere cada vez más tintes berlanguianos... Por desgracia para los ilicitanos y las ilicitanas. Ahí está, sin ir más lejos, lo sucedido con la dichosa peatonalización de la Corredora. Recapitulando: hace sólo dos meses y medio el tripartito presentaba a bombo y platillo, con puesta en escena incluida en las Clarisas, el proyecto para cerrar al tráfico el céntrico vial. Por no faltar no faltó ni Jesús Pareja, aún no se sabe muy bien si porque no se había leído el proyecto o simplemente porque a poco más de un año de las elecciones cualquier cosa vale por salir en las fotos. A partir de ahí, las quejas de los comerciantes opositores a la peatonalización arreciaron, y se fueron sumando vecinos de la calle Alfonso XII y Ángel, con pancartas incluidas. En ese contexto, la oposición, la pseudo-oposición, y el Partido de Elche -que se desmarcaba así oficialmente del proyecto de sus socios- decidieron aprovechar la coyuntura. Trataron de capitalizar el descontento con un frente común otrora imposible, y no por la distancia ideológica, porque para algunos la única ideología que manda es la de las urnas. Sin embargo, tanto PSOE como Compromís no se cansaban de proclamar que la peatonalización se haría sí o sí. Al fin y al cabo, la recta final del mandato se acerca y o se peatonalizaba la Corredora, aunque fuera tarde y mal -no había un proyecto sólido ni ambicioso, por muy de estilo portugués que fuera el mármol- o se arriesgaban a que llegara la próxima primavera y no hubiera cintas que cortar. Tan en sus trece estaban que incluso el viernes pasado los dos principales socios de Gobierno acordaban, con la abstención de Pareja, iniciar los trámites para adjudicar el proyecto. Y en esas se estaba cuando el lunes, con traición, puente y alevosía, PSOE y Compromís tiraban de vergüenza torera para recular con la peatonalización, aunque fuera vendiendo que no se daba todo por perdido en este año y poco que queda, que sólo se aplazaba el proyecto para buscar el consenso. En el fondo, sin embargo, planeaba el temor a que se diera aquí una situación similar a la de Alicante, aunque, a priori, no se hubiera contado con todos ni salieran las cuentas. En cualquier caso, sea un gesto para alcanzar el consenso -improbable en un proyecto como el de la Corredora-, sea porque una vez más ha podido el miedo, con la secuencia vivida en los últimos días no sólo ha quedado herida de muerte la peatonalización de la Corredora para este mandato, sino también la credibilidad de los partidos. PSOE y Compromís han vuelto a demostrar su debilidad, dejando otra vez que se les tumbe uno de sus compromisos electorales. O tienen poca cintura, o ni ellos se creen sus propios proyectos, o, lo que es peor, se juntan las dos cosas. Mientras, el PP, fiel a su política errática de los últimos meses derivada de esa bicefalia mal avenida, está más preocupado por ver quién es el jefe / jefa y hacer la puñeta al contrario que por plantear una oposición seria y coherente. Lo de Cs directamente es de nota: apoyan dos años consecutivos unos presupuestos municipales con dotación para peatonalizar la Corredora -ni siquiera hubo veto a ese punto- y luego tratan de marcarse el tanto vendiéndose como los salvadores antipeatonalización. Finalmente, del Partido de Elche y de Ilicitanos hay poco que comentar. La conclusión a este sainete en el que empieza a convertirse la vida municipal ilicitana es la que es: todo vale por un puñado de votos, o, más lamentable aún, por asegurarse un puesto de salida de cara al próximo mandato. Mientras tanto, Elche sigue sin un proyecto serio de ciudad, pero parece que para algunos y algunas eso es lo de menos.

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