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Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

Mucho en juego

Entendidos en la materia dejan bien a las claras que, el desgarro de Alicante, puede costar al pesepevé el primer cajón de la izquierda en el podio de la Comunitat. Para evitarlo, sus cabecillas están detrás de un candidato que frene el golpe. Se ve más fácil ir a Marte, con lo que no se descarta que Ángel Franco haya explorado ya el terreno por si hay agua dejarlo seco. Con vistas a configurar en un año el cartel municipal de la Explanada, el oscuro objeto de deseo no es otro que el rector Palomar. Ximo Puig no lo quiere lógicamente para que le regale un máster; con sacar adelante esta andadura tiene el posgrado, la tesis doctoral y el certificat de capacitació en un mismo pack. Lo que busca el mandarín socialista es un milagro. ¡Ojo!, que a Palomar le va la marcha. En anteriores citas se resistió a las gangas pensando en que las formaciones que a él podían hacerle tilín estarían en mejor posición tras el cambio de panorama. De modo que como me aseguran que el entorno de Pedro Sánchez le ha hecho llegar la propuesta, parece que el rector ha respondido: «Lo agradezco de veras, pero es que estoy pensando en meterme a monje». Esto ha puesto en alerta al resto de posibles pretendidos. Uno podría ser Juan Antonio Gisbert. Mandarines anteriores ya lo quisieron para ese envite y el actual lo reclamó para el Consell pero el exCam dijo que lo más lejos que quería ir era al puerto de Alicante. Ahí sigue y el otro día se marcó unas declaraciones explosivas. A los vecinos que se quejan de la descarga de graneles los acusó de realizar «terrorismo informativo». Algunos, que me son muy cercanos, me han hecho llegar lo siguiente: «Pero, ¿este tío de qué va?», a lo que he contestado: «Satanizándoos ha querido desactivar la intención que puede existir de ofrecerle la candidatura a la alcaldía». «¡Ah! Entonces es comprensible». Pero Ximo no se rinde. Hay quien no ha visto resultados en el reciente viaje a China cuando casi nadie conoce cuál ha sido la penúltima bala por la que ha negociado. Efectivamente, traerse a Iniesta como sea.

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