La otra noche hubo una pelea multitudinaria, en la que no faltaron silletazos y tortas, en la caseta de Comisiones Obreras en la Feria de Sevilla. Esto lo coge Antonio Burgos y le sale una columna para enmarcar. Salvo si eres sindicalista. A lo mejor la pelea vino porque discrepaban sobre el apoyo del sindicato a la manifestación nacionalista del domingo 15 en Barcelona. Las centrales sindicales (CCOO y UGT) hierven por división. Unos no entienden cómo los representantes de los trabajadores pueden tener connivencias con la burguesía felona, egoísta y separata y otros creen que el movimiento secesionista puede sumar a todas las clases sociales. Tranquilos, que esta columna no va de Cataluña. Tampoco es descartable que los mamporros surgieran por una disputa sobre la adecuada fórmula del rebujito, a cuenta del materialismo histórico o por un nota que la lió y queriendo bailar sevillanas se puso restregón.

El vídeo de la pelea se ha hecho viral. Viral vendrá de virus, con lo cual tiene un matiz peyorativo. Hombre, edificante, lo que se dice edificante no es. A la feria va uno a divertirse, no a pegarse hostias, aunque no soy yo nadie para descalificar las aficiones de otros. Viral es que lo ha visto todo Dios. Hoy en día, un género del columnismo es glosar, opinar, sobre los vídeos virales. En tiempos de Ruano o Camba se hablaba de lo que traían los periódicos, de lo que uno observaba en las calles o de lo que se palpaba en los cafés. Ahora, para escribir sobre un tema, digamos, candente, ha de estar uno pendiente de los memes y cachondeces, vídeos o similares que rulan por internet. El sindicato se ha apresurado (bueno, ayer por la tarde) a decir en un comunicado que «son hechos aislados». Lo preocupante sería, claro, que fuesen hechos habituales. En la caseta de CCOO puede entrar cualquiera, queremos decir que es de libre acceso, una de las 18 de libre acceso. Me dejarían entrar hasta a mí. En el resto o conoces a alguien o es tuya o no entras. La pelea es sin duda un gran argumento para los defensores de las casetas privadas. Donde le da a uno que no es que no haya peleas, es que no las graban. Porque tal vez el que está liándose a cates es tu hermano y no está bonito o no te atreves a inmortalizar el jaleo y subirlo luego a las redes. Viendo la pelea no dan ganas de feria, si bien la Feria de Sevilla es una gozada. Yo es que conozco gente. No hay que desanimarse, una mala bulla la tiene cualquiera. Los malajes se apresuran a magnificar incidentes. Seguro que luego todos brindaron y tan amigos. Brindarían de pie, eso sí, sillas no debió quedar ni una.