El Levante español está de enhorabuena. Parece que los políticos del Partido Popular han encontrado la solución a la sequía: las desaladoras impulsadas por el Partido Socialista en 2006 como infraestructuras clave para crear marcos estables de abastecimiento en lugares con déficits hídricos. Estas desaladoras parecen encantar ahora al gobierno de Mariano Rajoy y a la Ministra de Agricultura, quien visitó la Desaladora de Torrevieja el pasado lunes.

Todo esto me hace recordar las noticias que el PP difundía sobre la maléfica desaladora: «El alcalde de Torrevieja cierra por decreto el local donde el Ministerio de Medio Ambiente informa a la población sobre la desaladora (2008, alcalde del PP)». O cuando el Partido Popular decía para ganar afectos que «si el Partido Popular gana las elecciones no habrá desaladoras"« O cuando en 2011 actuaron en contra del interés de los agricultores: «El gobierno valenciano bloquea la mayor desaladora de Europa» reivindicando trasvases sin consenso sin importarles la estabilidad hídrica de la que el Levante carece.

Ahora parece que al gobierno del Partido Popular ha cambiado de opinión y le gusta tanto la desalación que incluso vienen a reivindicarla. El daño y la división creada en la sociedad valenciana de la que se valieron para ganar votos, irrumpir en el gobierno y aplicar unas políticas de recortes con una drástica reducción en inversiones hídricas, quedaron atrás y la solución técnica propuesta, aprobada y financiada por los socialistas ha sido siempre la mejor alternativa. Si a esta forma hipócrita de política le sumamos el déficit actual en inversiones en la Comunidad Valenciana y la infrafinanciación a la que nos tienen sometidos, nos damos cuenta de que nuestra tierra y nuestros agricultores han sufrido, sólo por las formas partidistas del PP para ganar unos cuantos votos, una tardanza absolutamente innecesaria en tener a su disposición el agua.

Gracias a la desalación en la comarca de la Vega Baja y en la provincia de Alicante hemos abierto el grifo en época de sequía y hemos tenido agua. El Partido Popular debería pedir perdón por la demagogia política aplicada en el Levante español y el odio generado a la infraestructura por la que se han evitado un problema mayor en la actualidad en nuestra tierra.

Pero el problema no ha acabado. Me gustaría recordar que nos encontramos ante una sequía estructural donde la escasez de recursos hídricos hace imprescindible una planificación eficiente de los recursos, que el Partido Popular ha demostrado no tener. En la actualidad nos hace falta que el gobierno agudice el ingenio y sea consciente de que no existen soluciones exclusivas, ni excluyentes. Aún necesitamos que el gobierno nos dote de infraestructuras necesarias para hacer menos traumáticos los procesos de sequía y se cumpla el Memorándum por el cual nos corresponde agua del Tajo al superar los 400 hm³ en los embalses de Entrepeñas y Buendía.

Mientras esperamos respuesta del gobierno central, el Consell socialista invertirá 150 millones en los próximos 4 años para obtener 60 hectómetros más de agua. Queda claro que no todos los partidos son iguales, y que el PSPV-PSOE seguirá trabajando por las personas, porque entendemos que el agua es un derecho de los ciudadanos y de los territorios.

Ya está bien de pancartas de «Agua para todos» y demagogia populista; es la hora de más financiación e inversión real para que nuestros agricultores puedan hacer lo único que quieren, trabajar para ganarse la vida.