Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago

De manipulaciones diversas

Nos bombardearon los medios de todo el mundo durante meses con la intolerable injerencia del ex espía Vladimir Putin en elecciones ajenas, entre ellas las de Estados Unidos.

Nos dijeron que sólo gracias a tan maquiavélico personaje pudo un ignorante racista como Donald Trump derrotar a la favorita del establishment, de Hollywood y de los medios de referencia, Hillary Clinton.

Hubo incluso algún periodista de este país al que se convocó al Parlamento británico para que testificase sobre la supuesta intromisión rusa en los procesos electorales de aquí, incluidas las elecciones catalanas.

Y, sin que podamos ciertamente negar los mangoneos rusos, resulta que fue una empresa anglosajona especializada en la recopilación y análisis de datos para campañas publicitarias y políticas la que influyó masivamente en las últimas elecciones estadounidenses.

La consultora Cambridge Analytica, especializada, entre otras cosas, en la segmentación del electorado para enviar a cada cual el mensaje más afín a su sesgo ideológico, sus prejuicios o sus gustos, utilizó los datos de millones de usuarios de Facebook para influir en su intención de voto.

Hace tiempo que se sabía de la utilización comercial que Facebook hace de los perfiles de sus clientes, pero ahora todo el mundo pone el grito en el cielo tras la revelación de ese torticero uso político, y las acciones de la tecnológica se desploman.

El mismo día que los medios de todo el mundo hablaban de la "violación inaceptable del derecho a la privacidad de los ciudadanos", en palabras del presidente del Parlamento europeo, un periódico insinuaba la posibilidad de que los ataques acústicos contra la embajada de EEUU en Cuba fuesen sólo una patraña.

Aquella misteriosa agresión sonora, de la que se ocupó también durante meses la prensa de todo el mundo, sirvió para que EEUU expulsara a quince funcionarios de la embajada cubana en Washington, torpedeando así la política de acercamiento a la isla emprendida por el demócrata Barack Obama.

Pero como señalaba un comentarista de El País en un artículo sobre la sustitución al frente del Departamento de Estado del supuestamente inepto Rex Tillerson por el decididamente ultra Mike Pompeo, "año y medio después, la supuesta agresión sónica no ha podido ser documentada".

Expertos en acústica consultados por The New York Times señalaron que la acusación contra el Gobierno de La Habana parecía inspirarse en una película de James Bond. Y es que hay muchos políticos de aquí y de allá interesados en reeditar la guerra fría. Y hay medios que, conscientemente o no, contribuyen también a ello.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats