Acudir al Rico Pérez se parece cada vez más a visitar al dentista; sabes que no puedes dejar de ir, pero algo te dice que pasarás un mal trago. Lo peor de todo es que la anestesia la llevamos puesta de serie y todo transcurre en un sopor infumable. No me resultaría extraño escuchar un día en mitad del partido, al mismísimo coronel Kurtz susurrando por megafonía aquello de «el horrorrrrr, el horrorrrr...».

Pensándolo bien, sí que sería una sorpresa porque en mi zona la megafonía lleva estropeada desde hace meses y la música y los comentarios del «speaker» llegan siempre como un lejano rumor metálico del que apenas se intuye su contenido. Cada vez que durante el partido se reproduce el rumor, mi vecino de grada se gira hacia mí y comenta con cara de sorprendido: -¡Inaudito! Eso sí, el juego desplegado por los nuestros da para mucho. Es tan hipnótico que el primer tiempo del domingo me dio para planificar mentalmente todas las tareas que tenía que realizar durante la semana; incluso tuve tiempo para fijarme detenidamente en las gradas y constatar que las butacas van necesitando ya de un repasito.

El homenaje al Paralímpico nos despertó finalmente del letargo. Capitaneados por ese ciclón que es su coordinadora Paloma Uriarte, saltaron -literalmente- al campo durante el descanso para dar la vuelta de honor y así recibir el merecido homenaje por parte de la grada. Nunca ninguna sección del club alcanzó en tan poco tiempo tantos éxitos y cariño como los cosechados por este Hércules Paralímpico que, en apenas tres años, ha conseguido dos títulos de liga, tiene encarrilado el tercero, y, sobre todo, realiza una labor encomiable de la que por una vez puede sentirse orgullosa toda la familia blanquiazul. Humildemente y desde esta tribuna, permítanme dar la enhorabuena y gracias infinitas a quien corresponda.

Tal vez inspirados por ellos, los de Visnjic consiguieron tras el descanso arrinconar por fin al inerme Formentera, y ya casi cuando nadie lo esperaba, apareció un milagro en forma de chaval espigado de la cantera para marcar in extremis el tanto de la victoria. Grande Tarí y grandes los chavales del filial, que al menos ellos sí pelearán seguro este año por el ascenso. No os quepa duda de que la afición estará con vosotros en tan grande ocasión. Visto lo visto, cada vez parece más claro que esta plantilla, más que un cambio de entrenador, lo que necesita es una sesión en el diván. No pueden ser tan inoperantes como aparentan, tiene que sufrir algún tipo de bloqueo mental que les impide desempeñar su juego. ¿Alguien en el club se ha planteado seriamente la posibilidad de contratar los servicios de un sicólogo?

Yo tal vez lo haga a nivel particular, creo que lo necesito. Hace unos meses, un grupo de incombustibles decidimos adquirir los billetes del avión para seguir a nuestro Hércules en Ibiza. Nos animó a ello el buen precio y la intuición de que, a estas alturas, estaríamos jugándonos el liderato y, además, disfrutaríamos de un tiempo espléndido en las Pitiusas. A días vista para el domingo, el pronóstico anuncia lluvias en las islas; y de lo otro, ni les cuento. Unos visionarios oiga. Lo dicho, lo nuestro es de sicólogo.