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Griselda Pollock y la historia del arte que no contaron los varones

La investigadora sudafricana subraya el papel de figuras históricas como Artemisia Gentileschi, Mary Cassatt y la coetánea Lubaina Himid como artistas destacadas pero ignoradas por el canon masculino

Griselda Pollock (11 de marzo de 1949, Bloemfontein) es una historiadora del arte y feminista de origen sudafricano. Graduada honorífica en Bachelor of Arts bajo la especialidad de Historia Moderna (1970, Universidad de Oxford), realizó el Master of Arts con distinción en Historia del Arte (1972, Universidad de Londres). En 1981 finalizó su formación académica con la publicación de la tesis doctoral "Vincent van Gogh y el arte holandés: un estudio crítico de la noción de lo moderno en Van Gogh". Desde este momento, Griselda convierte al pintor en uno de los sujetos más frecuentes de su obra literaria. Posteriormente, ha ejercido la docencia como profesora titular de Historias Sociales y Críticas del Arte en la Universidad de Leeds y también ha sido directora del Centro para el Análisis Cultural, Teoría e Historia en dicha institución.

A modo de aniversario, es interesante acercar a las lectores y lectores su obra "Diferenciando el canon: el deseo feminista y la escritura de las historias del arte" (1999, Routledge). Pollock define la historia del arte tradicional y eurocéntrica como un vástago androcéntrico, ligada a lo masculino como canon al que debe adaptarse la producción artística. Significa que el varón ha creado una historia del arte que gira en torno al "Gran Maestro", encarnado bajo grandes modelos que Griselda examina con detalle: Vincent van Gogh, Henri de Toulouse-Lautrec y Édouard Manet. Los "Grandes Maestros", en este caso decimonónicos, están canonizando el arte y son los exponentes excelentes de éste, así que los demás artistas masculinos deben adecuarse a ellos, intentando alcanzarlos e incluso igualarlos para que resulten significativas sus aportaciones en la historia del arte. No obstante, Pollock rememora en "Diferenciando el canon" las tan citadas palabras de la historiadora del arte Linda Nochlin, igualmente feminista: "¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?". Es cierto que las mujeres artistas comienzan a recuperarse y divulgarse con fuerza gracias al feminismo, así que la pregunta de Nochlin, la cual fue formulada en 1971 como título de un artículo homónimo, deja patente en qué medida la segunda ola del feminismo se ha preocupado por la historia de las mujeres y su arte. Griselda afirma que las mujeres artistas no pertenecieron al canon cuando ejercieron como tales ni tampoco a posteriori, y de ahí su dificultad para trascender en una cultura falocéntrica. Como es lógico, algunas mujeres sí que gozaron de éxito en vida y/o se están rescatando en las últimas décadas.

Por ejemplo, el libro de Pollock hace hincapié en las figuras históricas de Artemisia Gentileschi y Mary Cassatt, las cuales fueron y son famosas en el mundo del arte pictórico. No obstante, ella destaca su ignoro en la historia del arte, tal y como lo atestigua el género. También analiza a la artista contemporánea Lubaina Himid con un propósito añadido, que es ofrecer una visión transversal de los estudios feministas debido al interés de la historiadora del arte por la diversidad cultural. Es posible denominar a todas ellas como "Maestras Antiguas", siendo el término original "Old Mistress" y contrapuesto al de "Maestros Antiguos" u "Old Masters". De este modo, las historiadoras del arte Ann Gabhart, Elizabeth Broun y la misma Griselda Pollock consideran que es imposible agrupar a las mujeres artistas bajo el término inglés femenino y masculino master, pues su carácter limitativo sólo aglomera a los varones canónicos, es decir, los esenciales para la cultura falocéntrica. De todas formas, Gentileschi y Cassatt sí pueden considerarse grandes maestras revitalizadas por el feminismo. En sus autorretratos posan para sí mismas, trascendiendo a la eternidad a través de la pintura. Artemisia ha decidido representarse como música en alusión a su talante humanístico, observando directamente al público para hacer patente su valía. Por otro lado, Cassatt apuesta por el gesto cotidiano de recostarse en un posible diván, desviando la mirada para causar sensación de introspección y una marcada intelectualidad.

En "Diferenciando el canon", Griselda también examina la cuestión de cómo las artistas y los artistas se ven altamente condicionados por el entorno y las circunstancias vitales. Resulta particularmente interesante comentar que Artemisia Gentileschi sufrió abuso sexual por parte de su maestro de pintura, lo cual se puede ver en sus lienzos sobre Susana y los viejos. El argumento de Pollock sitúa al personaje de Susana como un alter ego de la propia Artemisia Gentileschi, ya que Susana está sufriendo el acoso sexual de dos libidinosos y poderosos jueces ancianos. De hecho, en el cuadro también se reflejan las inherentes relaciones de control y sumisión que presenta el androcentrismo. Susana se convierte en Artemisia, ambas subyugadas, y los jueces encarnan al profesor de la artista y su dominio.

Grilselda Pollock también se centra en el interesante estudio de Vincent van Gogh como un ejemplo de artista masculino de gran fama, pero situado en la alteridad debido a su autodidactismo y enajenación. Su dibujo titulado "Mujer campesina encorvada, vista desde atrás" es una de las obras vangonianas que más detesta la historiadora del arte. Esto se debe a la posición del artista respecto a la modelo, pues la retrata con un ligero contrapicado, agigantando las nalgas. Teniendo en cuenta que se basa en "Las espigadoras" de Jean-François Millet, la posición elegida para la campesina de Van Gogh la sitúa en la vulnerabilidad frente al público, especialmente por su cosificación de carácter erógeno. Incluso, Pollock enlaza tanto el punto de vista elegido como la curvatura corporal con el estilo perrito en el sexo. Vincent van Gogh, a pesar de su trastorno, está reificando al campesinado femenino del mismo modo que otros y otras artistas de la época, mientras que Millet prefiere una versión realista y respetuosa del tema.

"Diferenciando el canon" es una obra que compila los saberes feministas de Griselda Pollock sobre la historia del arte, logrando una visión transversal del mismo que cruza diversas épocas, geografías y personalidades tanto femeninas como masculinas con el propósito de hallar las distintas verdades en el arte.

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