Hoy es un día extraordinario, y lo es porque los trasplantes lo son; hacen que los órganos de uno pervivan en otro y le permitan seguir viviendo. Recuerdo el caso de la norteamérica que a la vez que lloraba sin cesar estaba oyendo, a través de un fonendoscopio, los latidos del corazón de su hijo, un hijo que había muerto antes y los escuchaba en el cuerpo del receptor.

España puede sentirse orgullosa porque es un país de habitantes generosos, que ceden esos órganos, y tenemos una estructura, el Plan Nacional de Trasplantes, que lo ha desarrollado con mucho éxito, en él se incluyen muchos sanitarios que están dispuestos a actuar en cada momento para hacer efectivo el trasplante. Debemos agradecérselo al doctor Rafael Matesanz.

¿Qué órganos se trasplantan? Pueden ser muchos, son frecuentes los de córnea, riñón y también hígado, sabe que Raphael sigue vivo y cantando porque le trasplantaron uno o de pulmón. También los de médula ósea, en este terreno contamos con una institución magnífica, la Fundación Carreras, muy eficaz en la lucha contra la leucemia. Fíjese que en Holanda acaban de legislar en el sentido de hacer obligatorio la donación de órganos para trasplante, salvo que previamente se exprese la voluntad contraria a ello. En nuestro país no hay tráfico de órganos, en tanto que en otros algunos venden uno de sus riñones para coger dinero, lo que a la vez hace que la curación de las enfermedades dependa del dinero que tienes. Otros llegan a matar para extraer un órgano y venderlo a enfermos ricos.

Pero la ciencia no para, sabe que se han podido implantar en un animal hembra que está engendrando células adultas de un donante de otra especie, por ejemplo, de la piel. Esas células se desarrollan en el embrión hasta generar un determinado órgano, este luego es extraído por cirugía y puede ser implantado en el donante de las células adultas, y no será rechazado porque el nuevo órgano tendrá los rasgos de las células que donó.

Probablemente también conozca el caso de un recién nacido que nació con una cardiopatía grave que auguraba una muerte pronta. Le vaciaron su sangre y le implantaron un nuevo corazón. Como su sistema inmunológico era inmaduro lo aceptó bien, y ahora sigue vivo con el corazón que otro le entregó.

¿Vale uno de mis órganos para todo el mundo? No, los órganos tienen células, cada una con unos rasgos propios, y lo mismo que mi nariz o mis orejas me son propias, también las células de esos órganos.

Resulta que todos los humanos tenemos un sistema que llamamos inmunológico, formado fundamentalmente por linfocitos y monocitos-macrófagos que reconoce lo que es nuestro y se encarga de destruir si algo nos agrede. Eso nos viene bien para las bacterias o virus que nos infectan, e incluso para que desarrollemos menos tumores, pues cuando una célula se multiplica de forma inadecuada, que es lo que es un tumor, el sistema inmune la destruye.

Esa es la causa de que debe haber compatibilidad entre los rasgos de mis células, que integran el órgano que voy a donar, y el receptor del órgano, si no lo va a rechazar. Cada vez conocemos mejor esos caracteres y se busca el donante adecuado para implantarle el órgano de que se dispone. También ya se fabrican múltiples fármacos que pueden evitar el rechazo.

La donación de sangre es como si fuera un trasplante, si bien las células que contienen duran poco tiempo, no se implantan en el sujeto ni se reproducen, pero permiten que personas con heridas graves no mueran desangradas, o que los cirujanos puedan intervenir sin temor a la pérdida de sangre.

Dicen que dar sangre es dar vida, yo lo creo, y los donantes son nuevos héroes, una vez más sin capa ni espada. Hay bellas historias de padres que engendran un nuevo hijo porque el que tienen padece una enfermedad grave y no encuentra un donante adecuado. El que nazca servirá para esa donación.

¿Quién pude donar? Todos podemos salvo que tengamos una enfermedad que nuestras células puedan transmitir. Basta cumplimentar el documento del testamento vital o voluntades anticipadas, lo que puede hacerse gratis en los hospitales, o ante notario. En él, además de indicar quién debe decidir por nosotros sobre cómo queremos que sea nuestro final, si por enfermedad no podemos decidirlo, señalamos si queremos donar.

Esa información pasará a un archivo nacional y esa decisión puede aplicarse en todo el territorio. Si está en esa situación e ingresado en un hospital informe a su médico, este debe contactar con la unidad de trasplantes y prepararlo todo, pues conviene que su órgano no sufra, sea conservado a baja temperatura, y en ocasiones transportado otros lugares. Irá a alguien que le espera en base a su compatibilidad.

Fíjese sí somos ricos que todos podemos donar vida, que es lo más importante. A la vez que somos generosos, nuestro órgano vivirá un tiempo más.