Desde hace tiempo, la investigación científica ha demostrado que la risa activa el sistema inmune, haciéndonos más sanos y resistentes, reduce las hormonas del estrés como el cortisol, fomenta la secreción de hormonas relacionadas con la felicidad, como las endorfinas, oxigena el cuerpo, y ayuda a prevenir hipertensión.

En relación con la salud mental, el sentido del humor nos ayuda a afrontar las emociones perturbadoras. No es posible sentir ansiedad, enfado o tristeza cuando se está riendo. Nos permite ver las situaciones de una manera menos amenazante, alejándonos de la psicopatología.

A nivel social, el humor fortalece nuestras relaciones generando una conexión emocional positiva con los demás. De ahí la importancia de rodearse de gente divertida. Además, nos permite ser más espontáneos y nos desinhibe. En suma, favorece nuestra capacidad adaptativa por lo que nos hace más inteligentes emocionalmente.

Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Granada, realizado por Ginés Navarro, Hugo Carretero y Jorge Torres ha demostrado que existen diferentes tipos de humor, y que no todos son sanos.

Por una parte, encontramos los estilos de humor adaptativos (relacionados con el bienestar psicológico, con la felicidad, la satisfacción o la esperanza) como el humor prosocial, dirigido al fortalecimiento de las relaciones sociales, o el humor de auto-mejora, referido a la capacidad de mantener una perspectiva humorística ante situaciones adversas. Este tipo de humor suele darse entre aquellas personas que poseen un mayor control de la ira.

Según la investigación, el humor de autodenigración, dirigido a obtener la aprobación de los demás a expensas de ridiculizarse a uno mismo, genera curiosamente un mayor bienestar psicológico.

En contraposición, existen estilos de humor categorizados como perjudiciales tales como el humor agresivo, destinado a denotar superioridad sobre otros. En ciertas ocasiones, el humor, incluso el presentado de manera bienintencionada, puede representar una estrategia para enmascarar intenciones negativas. Así, las personas poco honestas, pueden generar confianza o cercanía con otros para manipularles u obtener ventajas.

El humor agresivo también es un recurso de personas que experimentan ira con frecuencia en su vida cotidiana, y la expresan hacia los demás. A través de esta clase de humor las personas podrían manifestar sentimientos negativos, por ejemplo, rabia, superioridad, odio, etcétera, de una forma menos explícita que la violencia física o verbal, enmascarando así sus comentarios ofensivos bajo la forma del chiste o la broma. Obviamente, este tipo de humor no aporta efectos positivos a nivel físico o psicológico, sino más bien, todo lo contrario.