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Toni Cabot

La atalaya

Toni Cabot

Caudal científico

Al norte de San Diego (EE UU), cerca de la frontera con México, se encuentra un prestigioso centro de estudios biológicos. En su Laboratorio de Expresión Genética ejerce Juan Carlos Izpisúa, un científico nacido en Hellín y criado en Benidorm, aspirante a futbolista en sus años mozos hasta que en un partido amistoso de verano en Foietes contra el FC Barcelona fue expulsado tras darle una patada a Johan Cruyff. Por ahí perdimos a un rudo defensa central para ganar un excelente científico. Hoy, este profesor de Salk no oculta que estaría encantado de regresar a la tierra que le vio crecer para seguir desarrollando su labor. María Blasco nació en la partida sanvicentera de Verdegás, donde comenzó a tener claro que su vida profesional iba a centrarse en buscar respuestas sobre la temporalidad del cuerpo humano. Hoy dirige el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y uno de sus mayores deseos es que Alicante pueda acoger en un futuro el primer centro de investigación dedicado al estudio del envejecimiento. La también alicantina Nuria Oliver ocupa en la actualidad la dirección de Investigación en Ciencias de Datos de Vodafone. Su brillante labor la ha etiquetado como un referente en inteligencia artificial. Fijó su residencia en Alicante y uno de sus grandes anhelos es ver instalado en su tierra un centro de estudios sobre el envejecimiento. Son algunos ejemplos, pero hay más, todos dispuestos a dar el paso para instalarse en esta tierra y «sacar partido de este excelente momento que brinda la ciencia» (Izpisúa dixit). La pregunta brota por sí sola: a qué esperamos para aprovechar tanto caudal. Ximo Puig dio ayer el primer paso ofreciendo la Ciudad de la Luz como instalación. Es hora de que también la iniciativa privada abra los ojos para no dejar pasar la oportunidad.

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