Me llega, con cierto retraso, la noticia de la muerte a los 64 años del jurista lucense JoaquínVarela Suanzes-Carpegna, que era catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Oviedo. En el cariñoso obituario que le dedica Miguel Ángel Presno Linera, profesor titular de esa misma asignatura, se destaca sobre todo su faceta de historiador del constitucionalismo en el que era una figura de referencia tanto en el ámbito científico español como en el europeo. (Muchos de sus trabajos fueron traducidos a varios idiomas). Yo conocí en Oviedo al profesor Joaquín Varela en los agita dos tiempos de la Transición política de la dictadura franquista a la democracia cuando él era compañero inseparable del también lucense Ignacio de Otto que le dirigió su tesis sobre "Soberanía y reforma constitucional en las Cortes de Cádiz y en la Constitución de 1812". Recién estrenada, o a punto de estrenarse, la Constitución del 1978, los constitucionalistas estaban de moda y sus opiniones eran muy apreciadas. De Otto, que llevaba una carrera brillantísima, falleció prematuramente y el profesor Varela acabó por sustituirlo en la cátedra ovetense. No volví a tratarlo con asiduidad pero en enero de 2004 publicó en las páginas de opinión de "El País" un artículo titulado "Un liberal de izquierda: Álvaro Flórez Estrada" que me llamó especialmente la atención. Por dos razones. Una porque hablar de liberales de izquierda aparentaba ser un contrasentido. Y otra, porque el aludido, un asturiano ilustrado que fue el primer hacendista español, era lejano antepasado de la familia materna de mi madre por la rama de los Rico-Villademoros. De hecho, llegaron a mis manos, vía herencia, algunos de sus libros con dedicatorias autógrafas, entre ellos dos tomos de su famoso tratado de Economía Política. Y sobre el primer asunto (que es el que verdaderamente interesa) escribía Joaquín Varela: "En la actualidad, la derecha se ha adueñado del liberalismo, hasta el punto de que ambos términos , ´liberalismo´ y ´derecha´, se utilizan a veces en Europa como sinónimos. Este fenómeno que en parte obedece a una exégesis del liberalismo en clave exclusivamente económica, no debe de hacernos olvidar la existencia de un liberalismo de izquierda, que en España se remonta cuando menos al trienio de 1820-1823. Para los liberales de izquierda, el liberalismo no era solo una ideología económica y política, partidaria de la libre empresa y del Estado de derecho, sino también una actitud ética a favor de la emancipación del individuo de cualquier tipo de esclavitud. Esta perspectiva les llevó a defender un liberalismo democrático y social, bien distinto del liberalismo conservador, pero sin confundirse con la socialdemocracia, aunque coincidiesen con ella al propugnar el laicismo y un conjunto de políticas destinadas a mejorar la instrucción y el bienestar material de la mayoría de los ciudadanos, como ocurrió en España durante el sexenio revolucionario (1868-1874) y la Segunda República". Y en opinión del profesor Varela uno de los más destacados precursores de esa corriente de opinión fue Flórez Estrada. Luego escribí un artículo sobre el mismo asunto y el titular de la cátedra de Derecho Constitucional tuvo el detalle de enviarme un libro que él coordinó, que incluía varios trabajos, incluido el suyo, sobre la figura de un personaje tan notable.
