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José Emilio Munera

¿Cuarto poder?

J. E. Munera

Un equipo menor sin defensa

Este Hércules no sabe ganar. Entre la falta de remate y sus imperdonables errores de concentración en defensa, el equipo de Claudio acumula ya tres meses sin ganar en casa. Son cifras inasumibles para un aspirante a la promoción de ascenso, que paga muy caro su falta de oficio en los minutos finales y ayer volvió a regalar en la prolongación ante un rival directo como el Cornellà una victoria vital para volver a engancharse al «play off» y conectar de nuevo con la afición. Tiembla como un flan el conjunto alicantino a la hora de defender las mínimas ventajas que les proporcionan sus escasos goles a favor: cuando no falla el portero, la defensa se despista, el centro del campo rifa enseguida el balón y los delanteros son incapaces de pedirlo y aguantarlo para hacer correr el reloj. Tampoco ayudaron los cambios del entrenador, que retiró del campo a Óscar Díaz y Juli para dar entrada a gente más joven -Moha y Navarrete-. El técnico buscó refrescar las piernas del equipo, pero sacrificó la experiencia y el conocimiento del juego de dos veteranos curtidos en muchas batallas y más capacitados para manejar los resortes de esos fatídicos últimos minutos que se han convertido en una maldición. Claudio quiere inyectar músculo y presencia física para aguantar el resultado, pero se olvida de que la mejor fórmula para defenderte es conservar la posesión del balón. Pero no. Este Hércules pusilánime pierde el hilo del partido con demasiada facilidad, los nervios le atenazan y recula hasta su propia área hasta que llega el desastre, una y otra vez: ante el Cornellà, Sabadell, Alcoyano, Olot... Tras una primera parte más que digna, con mucho más vigor e intensidad que en los partidos anteriores, el cuadro blanquiazul se adelantó por medio de Moha en el minuto 72 cuando el ordenado Cornellà había neutralizado el dominio local y el choque se igualaba. El debutante Candela había estado mucho más activo y participativo que Pepelu mientras le aguantó el depósito y José Fran y Juanjo Nieto dieron mucha salida por las bandas con frecuentes llegadas y centros que no encontraron rematador. La propuesta era interesante y el 1-0 premió ese esfuerzo, pero los fantasmas reaparecieron de lleno en la «zona Cesarini»: el equipo no pasa del centro del campo, un mal despeje de Navarrete, los centrales pasivos para rechazar un centro lateral y despistados a la hora de despejar. El enésimo desastre de este Hércules, un equipo menor.

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