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José María de Loma

El pijama de Trump

Hace poco trascendió que un abogado de Donald Trump había pagado 130.000 dólares a una actriz porno por su silencio sobre un posible encuentro sexual con el presidente de EEUU. La chica ha dado varias entrevistas y en una de ellas, en la revista In Touch, afirma que Trump practica un sexo «de libro de texto». O sea, que parece que el presidente es iracundo en Twitter, alocado en política exterior, tiburonazo en los negocios y elefantíasico en sus apetitos de comida, pero sin embargo en lo tocante al sexo (cuando se habla de sexo, la expresión «en lo tocante» es muy acertada) es clasicón, aburrido, canónico. No sabemos, ni queremos saberlo, si también monótono. Empero: no descarten tampoco que lo de libro de texto signifique que con él sólo se puede aprender. La actriz dice que se conocieron jugando al golf y que «después de un hoyo se fueron a otro hoyo».

Esta última frase me puso muy nervioso, dado que significa que no tengo en estado de excelencia las entendederas para captar dobles sentidos. O sea, ¿es una metáfora?, ¿es literal?, ¿da tiempo a conquistar a alguien en el tiempo que transcurre entre un hoyo y otro?, ¿el muerto al hoyo y el vivo al hoyo?, ¿está todo el día jugando al golf Trump que no hacía otra cosa hace años que criticar a Obama por jugar al golf? Aunque pensándolo bien, a lo mejor lo del golf es todo un lenguaje figurado (como lo de irse a un hoyo) y resulta que Trump lo que criticaba de Obama es que fornicara. Cualquiera sabe.

La muchacha afirma que Trump la recibió en su habitación en pantalón de pijama. No añade más. Y no sabemos cómo no alcanza a comprender que tiene un deber con su público y con los lectores de la revista. O sea, no puede, no, no puede de ninguna manera, ocultarnos si los pantalones del pijama de Trump eran del pato Donald, de Pluto, de maripositas, de franela a cuadros, rojo intenso o lleno de logos del dólar. En fin, parece que Trump es conservador en lo político pero también en el sentido amplio e íntimo y que más que de dar un palo al agua es partidario de coger el palo de golf. El cómo meta la bolita en el hoyo no nos interesa o no está claro. O es de libro de texto. A lo mejor sólo quería que le leyeran la cartilla.

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