El personal se aburre y ya se sabe que «cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo». Dicen que no hay nada peor que un cuerpo ocioso y una mente predispuesta a maquinar. Cuando se conjugan esos elementos y los astros se ponen farrucos, tiembla, porque puede pasar cualquier cosa, ¡y casi ninguna buena!. Vamos, que en un momento determinado, y aunque sea sin venir a cuento, nos ponemos a «pergeñar» y, en menos que se santigua un mono loco, se nos presenta una imagen fija -en plan foto en blanco y negro- en modo «maldad» -en el buen sentido de la palabra, si es que lo tiene-, tiramos el carro por el pedregal y se monta la tercera Guerra Mundial. ¡Y otra vez la burra en el trigo!.

Siempre he criticado -para gustos los colores- la política informativa de la extinta -y recientemente «resucitada» por Quino I de Morella y sus «rumberos/palmeros» - Radiotelevisión Valenciana, que sólo se acordaba de Orihuela, en particular, y la Vega Baja, en general, por algún asunto turbio. En la tele de «todos los valencianos» -¡es un decir, claro!- nunca, o casi nunca, se hablaba de las bondades (que las tiene) de una comarca que «se rompe los cuernos» para mantenerse a flote y que trabaja a destajo para mejorar día a día, aportando sus «perricas/dineros» al PIB autonómico. En esa emisora pública -¡es un decir, claro!- sólo tenían cabida asuntos que tuvieran que ver de Alicante «parriba», olvidándose de que «el sur también existe»; ese sur en el que, por ejemplo, hay empresas, o grupos empresariales, que son punteros en la CV, a tenor de su nivel de facturación. ¡Válgame el Señor!. La mala suerte que se ha tenido en ese sentido -el informativo- es que «nuestra tele» ha estado dirigida por «gentes nada afines» a los gobiernos «vegabajeros» o, si se era adepto al régimen, se disimulaba, por el qué dirán. Cuando en el «cap i casal» mandaban los «culturetas sosiatas» en el cono sur alicantino imperaban los gobiernos «peperos», y viceversa, por lo que existía un choque de intereses con cierto «pestuso ransio» más propio de épocas que parecían superadas -digo parecían-, porque, y a las pruebas me remito, seguimos con esa misma forma de hacer política en la que -en plan señor feudal- prima lo de «prometer hasta el meter?». ¡Y ahí te quedas, mundo cruel!.

Los «olezanos» parece -¡y digo parece!- que sean culpables de la muerte del archiduque Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, que fue el detonante de la Primera Guerra Mundial, en la que «palmaron» millones de personas, entre combatientes y civiles. Se calcula que el total de muertos, en los dos bandos, superó los treinta millones, por eso se la conoce como «la Gran Guerra». ¡ La Virgen del Pompillo, patrona del cotilleo patrio!. Voy más lejos, en Oleza también se es culpable de la muerte del General Prim, que, siendo presidente del Gobierno, fue asesinado a finales de diciembre de 1870. Previamente, y tras una revuelta popular, conocida como la Gloriosa, la reina Isabel II renunció al trono. ¡ La Maredeu de les Bombes!, que dicen en Elche. De todo esto -los asesinatos del archiduque de Austria y del General Prim- parece -¡y digo parece!- que tienen la culpa los «olezanos» o, si no es así, hay quien se empeña en que así sea.

No doy la cara por nadie; ¡Dios me libre!. Es más, apoyo lo de «quien la hace, la paga». De hecho, tengo varios amigos que la hicieron y la han pagado. Por lo que no me meto donde no me llaman; ni para opinar, porque, seguramente, no sería imparcial. Mucho se ha hablado, y escrito, del caso Brugal -¡y lo que te rondaré, morena!- o de asuntos, más o menos turbios, que, en los últimos años, han envuelto a nuestra clase política. Pocos de nuestros políticos, tanto «olezanos» como «vegabajeros», han «escapao» de las garras del Fiscal Anticorrupción, pero de ahí a que sean culpables de las siete plagas de Egipto va un trecho. ¡La política no siempre tiene que ir ligada a corrupción!, aunque considero que el poder termina por corromper, ya que quien lo ostenta pretende perpetuarse en el cargo, se considera por encima del bien y del mal y cree tener derecho a hacer lo que se le pase por los «webs», sin dar explicaciones ni rendir cuentas, ¡porque por algo me han elegido!.

Se quiere vincular a El Bigotes con Orihuela -dentro de la rama valenciana de la Gürtel-, por, al parecer, la financiación de mítines en los que intervinieron Camps y Zaplana. ¡Vaya marrón que se va a comer Dámaso Aparicio, mientras que sus contrarios se frotan las manos!. ¡Aparta de mí este cáliz!. De barracones escolares no hablo, porque me enfurruño, aunque el tema, como los de la losa o la plaza de toros, da para hablar, ¡y mucho!. Otro desencuentro entre Bascuñana y Aparicio -alcalde y presidente del PP local, respectivamente-; ¡esta vez a cuenta de las cuotas de las basuras!. ¡Vamos a ver, Emilio!; ¿Plan Edificant sí o no?. Mientras, Cs se apunta el tanto de la bajada del IBI y deja al PP con el culo al aire. ¡La cosa está divertida!. ¡ María Santísima del Perdón! .