Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con el cristal que se mira

Limpia, fija y da esplendor

La Real Academia Española (RAE) fue creada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, con el propósito «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza», con un emblema formado por un crisol puesto al fuego y con la leyenda «Limpia, fija y da esplendor». Su fundación, con veinticuatro sillas, fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V.

Esta y otras veintitrés academias de la lengua, correspondientes a cada uno de los países donde se habla el español, conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), fundada en 1951, bajo el lema «Una estirpe, una lengua y un destino». Su colaboración se concreta, entre otros aspectos, en la coautoría a partir del 2001 del Diccionario de la Lengua Española.

La RAE presentó el pasado 20 de diciembre la actualización de la 23 edición de su Diccionario de la Lengua Española, que incluye 3.345 nuevos términos y modificaciones de otros existentes.

Se han excluido definitivamente de las letras del abecedario los signos «ch» y «ll», lo que no supone su desaparición del sistema gráfico, ya que seguirán utilizándose en la escritura.

Perdidas dos letras, ganamos nuevas palabras como «buenismo», «postureo», o «posverdad», uno de los términos más debatidos para su definición, consensuada en: «Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales». Mucho me temo que vamos a sufrir este vocablo con harta frecuencia, o «aporofobia», condición cada vez más expandida, que da nombre a la «fobia a las personas pobres o desfavorecidas».

La mojigatería en visibilizar a la mujer ha dado lugar a revisar la denominación de oficios, que solo estaban en género masculino, como «jueza», que se recogía hasta ahora como «mujer de juez»; o «embajadora», como «mujer de embajador».

Y se sigue incidiendo en el sexismo lingüístico.

Así, en el diccionario, aparecía la expresión «sexo débil» como «conjunto de las mujeres». La onubense Sara Flores inició en el 2016 una campaña a través de la plataforma Change.org, bajo el título «RAE: la mujer no es el sexo débil», que obtuvo más de 175.000 firmas, para que se eliminara del diccionario esta definición. En la nueva versión se sigue manteniendo esa definición, pero se ha incluido una «marca de uso» en la que se indica que esa expresión se utiliza «con intención despectiva o discriminatoria», pasando de expresión positiva a peyorativa. En cuanto a «sexo fuerte», se mantiene la definición de «conjunto de los hombres», pero acompañado de la marca de uso «en sentido irónico».

El presidente de la RAE ha aclarado que no ha tenida nada que ver la campaña en internet, pues era una decisión que tenían adoptada, así como la de mantener el término en el diccionario, porque «su uso está documentado» desde 1790, cuando lo utilizó por primera vez Leandro Fernández de Moratín, y porque «el Diccionario nunca se elaborará con criterios de corrección política».

La RAE hunde sus raíces en el siglo XVIII, pero los sucesores del marqués de Villena deben considerarse ramificaciones del siglo XXI que no pueden ser ajenas a todas las actuaciones que se llevan a cabo en nuestra sociedad en favor de la igualdad de género.

El diccionario sigue manteniendo diferencias claramente sexistas. Así, por ejemplo, «hombre de la calle»: persona normal y corriente; «mujer de la calle»: prostituta; «hombre mundano» no existe; «mujer mundana»: prostituta; «hombre público»: hombre que tiene presencia e influjo en la vida social; «mujer pública»: prostituta; «hombre de partido» no existe; «mujer de partido»: prostituta. No sé si «fija», pero fijación por las meretrices sí que la tiene.

La palabra machismo cuenta con una nueva acepción: «Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón», y, como ejemplo, indican, «en la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo».

Vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro. De los 45 académicos de la RAE, 37 son hombres y sólo ocho son mujeres.

Al respecto del palabro «Tabarnia», en contestación a un peticionario, a través de su cuenta oficial de Twitter, la RAE se ha pronunciado, para aportar su hipotético gentilicio, que sería el de «tabernés», «tabarniense» o «tabarniano».

En la próxima revisión del diccionario, ¿se incluirá la palabra Tabarnia?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats