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Mariola Sabuco

Opinión

Mariola Sabuco

Hemos perdido el swing

Hubo un tiempo en el que todo el mundo quería venir a la provincia, o al menos eso parecía. Ingleses y alemanes que se asentaban para disfrutar en su vejez del sol y la gastronomía, inmigrantes que acudían al trabajo que ofrecía la industria, el turismo, la construcción y la agricultura. Éramos una provincia con grandes expectativas o, al menos, así lo creíamos y las cifras económicas subían a la par que las demográficas. Eso ha cambiado. Llevamos unos años, una década ya, en la que hemos perdido juventud y talento que se ha ido a trabajar fuera porque aquí no encuentra lo que merece. Se han marchado muchos inmigrantes, sobre todo sudamericanos, a otros países europeos porque aquí piensan que no tienen un porvenir. Nacen menos niños porque el empleo es precario y mal pagado, y solo los muy valientes se atreven a hacer planes de futuro. Y ahora se van los europeos, aquellos ingleses, franceses y alemanes que llegaron hace décadas. Unos por el Brexit, otros porque quieren morir en su país y la mayoría porque ya no viven con lo que cobran tan bien como lo hacían hasta ahora. En el último año, la población en la provincia de Alicante ha descendido en 11.000 personas, la mayor bajada en España. En los últimos cuatro años hay 120.000 menos. Ya no vienen a la millor terreta del món, se van. La pérdida de población es un síntoma más de la falta de pujanza de la provincia de Alicante, de la falta de un proyecto económico y político emocionante para una provincia que en otras épocas parecía saber lo que quería ser. Nos estamos instalando en una enfermiza falta de iniciativas e ideas que nos vuelve débiles y poco atractivos para captar grandes inversiones. Hemos perdido el swing, y lo peor es que no se vislumbra una cabeza capaz de liderar en este momento de gran incertidumbre y necesidad.

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