Las acusaciones de racismo hacia la figura de los pajes de la Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy sólo pueden justificarse desde la perspectiva del desconocimiento de lo que es esta entrañable manifestación navideña. Sólo así se puede entender que alguien vea una burla hacia las personas de raza negra en un personaje que acapara el protagonismo principal del desfile epifánico, y que lleva la ilusión a los niños y niñas en una noche repleta de magia. Por eso sería muy positivo, para terminar con esta absurda polémica, que los que lanzan críticas por las redes sociales pudiesen contemplar en vivo y en directo la Cabalgata. Seguro que dejarían de coger el rábano por las hojas y comprobarían lo orgullosos que se sienten los alcoyanos de ser negros.
