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Opinión

A vueltas con el ventolín de Indurain

Partiendo de la tolerancia cero y de que debe investigarse a fondo lo sucedido con Froome, conviene ser cauteloso antes de considerar este positivo como tal, dado que el broncodilatador ventolín es un producto que figura en las páginas grises de la lista de productos prohibidos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y está permitido en ciertas circunstancias y bajo control médico. La UCI ha abierto un expediente informativo al líder del Sky, que aportará informes y análisis farmacocinéticos para demostrar que fue su organismo el que retrasó la absorción del ventolín e hizo que se acumulara en tal cantidad, no la excesiva administración.

No es algo nuevo dentro del ciclismo e incluso ganadores del Tour, con problemas alérgicos o respiratorios, han tenido que justificar el uso de ventolin al aparecer dosis del producto, a pesar de la autorización médica, por encima de lo permitido. Miguel Indurain pasó por un episodio parecido en 1994. La comunicación de la anomalía salió a la luz durante la preparación del récord de la hora en Burdeos. La Federación Francesa acusó al navarro de dopaje por dar positivo en un control en el Tour de L'Oise. El pentacampeón del Tour tenía permiso para usar ventolín y el tema se archivó. Por entonces, el salbutamol no estaba prohibido por la UCI, aunque sí por las autoridades francesas. Otros ciclistas como Alex Zulle, Jan Ullrich o Igor González de Galdeano vivieron una situación semejante. El caso más reciente es el de Ulissi, en el Giro de 2014. En esta ocasión, fue sancionado con nueve meses y expulsado del Lampre-Merida.

De momento, la UCI ha decidido no suspender al ciclista británico aunque sí ha admitido la irregularidad en el control, de la que el corredor fue informado el 20 de septiembre. Después de esa fecha acudió a la presentación del Tour 2018 y confirmó su presencia en el Giro.

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