Denis Villeneuve es un director de cine canadiense, cuyo reciente estreno Blade Runner 2049, es una secuela del thriller futurista de ciencia ficción dirigido por Ridley Scott y considerado película de culto, y en la que Harrison Ford, en una deshumanizada y lluviosa ciudad, persigue a unas máquinas llamadas replicantes que albergan ansias de inmortalidad.

Y se me presenta casualmente la oportunidad de revisar una de sus anteriores películas, de título La llegada, que narra la historia de unas gigantescas naves extraterrestres que comienzan a aterrizar en la tierra y a enviar mensajes, ante lo cual los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista y a un experimentado físico, intentando averiguar los propósitos de los alienígenas.

Y la película me resulta otra vez sugestiva e interesante, compleja e inquietante, aunque una vez terminada sigo con parecidas y recurrentes dudas , similares a la primera vez que la vi, como la referente a cuáles eran las auténticas intenciones de los visitantes extraterrestres, o cómo ha resultado posible que el personaje de la superdotada filóloga haya sido capaz de predecir el futuro, o qué razones han llevado realmente a otro de sus protagonistas, un mandatario oriental a tomar su decisión militar de último momento respecto de los invasores.

Y cómo la película plantea, entre otros temas, la búsqueda de un entendimiento entre extraterrestres y humanos, pongo en ello mi interés, pues es cierto que una buena comunicación, resulta esencial en la vida cotidiana, y ya sea en el ámbito familiar, laboral o de pareja.

Pues no siempre encontramos las palabras adecuadas para transmitir aquello que deseamos, olvidando hacerlo de una manera clara, sencilla, respetuosa y empática, y es que la causa de muchos enfrentamientos es la falta de aceptación de las diferentes opiniones de los otros.

Y pienso que al discrepar con otra persona, es importante centrarse en lo común en busca del entendimiento, manteniendo la calma y una actitud relajada, así como una escucha activa, admitiendo posibles errores, y estando siempre dispuesto a rectificar.

Y volviendo a la ciencia ficción, se me antoja que Villeneuve busca que la acción sea mínima, y el ritmo lento, dando tiempo a que el espectador considere las cuestiones que plantea, y entre ellas si la lingüística puede servir para entender de un modo diferente lo que percibimos, o incluso, si en un avanzado estado, se podría conocer de un modo circular el futuro, para lo cual, y de ser posible, propongo debiera al menos darse la oportunidad de poder modificarlo en función de nuestros comportamientos y actuaciones.

De modo que, termina la película, y sigo dando vueltas no solo al lenguaje circular de los extraterrestres heptápodos, sino también a las varias cuestiones filosóficas planteadas, con lo cual me parece que no me va a quedar otra que volver a verla.

O quizá no. Y, puestos a la ciencia ficción, tomar otras decisiones . Y así, elegir la nave de carga Nostromo. El primer Alien, el octavo pasajero. O Blade Runner, de Ridley Scott. O Encuentros en la tercera fase, de Spielberg. O, dime, ¿y cuál propones tú?...