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¿Quién dijo vida de perros?

Se acaba de publicar que el Congreso apoya, por unanimidad, el considerar a los animales como seres vivos y no como cosas, mediante una proposición de ley del PP, que entre otros modificaría los art 90, 94 y 103 del c.c. Es una noticia que me causa un doble sentimiento: alegría y perplejidad, en cuanto dueño de un perro, padre de cuatro hijos y profesional del derecho, y en especial del derecho de familia, desde hace muchos años. Cuando era pequeño, se solía oír la expresión "lleva una vida de perros", refiriéndose a aquellas personas que no tenían a su disposición los medios de vida necesario o vivían en unas condiciones ínfimas de salubridad. Actualmente, con la crisis que vivimos, los sueldos que se pagan (sobre todo a los jóvenes) y este tipo de reformas, me pregunto cuántas personas quisieran vivir hoy como nuestras mascotas. Basta con salir a la calle, y ver cómo los perros, gatos... actualmente tienen a su disposición todo tipo de ropa, de dietas alimenticias (secas, húmedas, Barf, Yung etc), de juguetes, de asistencia sanitaria, de camas, paseos en cochecitos de bebe, etc, todo ello, en función de los derechos que la sociedad les ha ido reconociendo, a ellos o a sus dueños. No sé, si también tendrán alguna obligación. El último paso, dado por nuestra clase política, curiosamente por unanimidad (lo cual es un milagro hoy en día) es admitir a trámite esa proposición de ley, para dejar de ser cosas/semovientes y pasar a ser seres vivos, con sentimientos y con derechos a estar con cada uno de sus dueños, en caso de que dejen de vivir juntos, es decir una especie de custodia compartida; entiendo que con las obligaciones anexas de contribuir estos, proporcionalmente a sus gastos, según los ingresos de cada uno de ellos. Esta iniciativa legislativa, que es de aplaudir pues mejora la situación de los animales de compañía, me hace pensar y reflexionar: si los políticos se han equivocado en su lista de prioridades, pues me da la sensación que han puesto a las mascotas por delante de los hijos/as que sufren la separación/divorcio de sus progenitores, de cara a proteger los derechos de unos y otros. Muchos progenitores y profesionales del derecho (jueces, letrados, psicólogos etc.) venimos reivindicando desde hace bastantes años (más de dos décadas), que se reforme el derecho de familia nacional, es decir, el Código Civil a fin de que realmente en procesos de separación y divorcio se regule eficazmente, desde la perspectiva del derecho de igualdad absoluta de ambos progenitores y el derecho superior de los menores de no perder el contacto y relación, con ninguno de los progenitores, a causa de su separación o divorcio. Para ello es necesario más dinero y campañas para divulgar y practicar la mediación familiar, una regulación justa y efectiva de la custodia compartida (entendiendo que compartir en esta materia no es dividir, sino participar ambos progenitores en un proyecto común, como es el desarrollo integral de sus hijos, de ahí que con independencia de los tiempos que estos este con papa o mama, ambos tiempos se deban llamar custodia). También es necesario que se regule el derecho de estos niños a una vivienda digna cuando estén con cada progenitor y no un derecho absoluto durante la minoría de edad a una vivienda concreta, una jurisdicción especializada para todos los ciudadanos y no solo para los que viven en grandes ciudades, etc. Medidas todas ellas, que estamos convencidos, ayudarían también a disminuir la lacra de la violencia de género. Es más, me surge la duda de si con este cambio en el estatus de las mascotas los letrados y jueces vamos a tener aún más difícil el fijar las medidas económicas en estos procesos, pues habrá que compaginar los gastos de las mascotas con los alimentos y demás necesidades de los hijos, cuando los ingresos de la unidad familiar son mí- nimos o escasos. Por último, reseñar que, si actualmente los juzgados de familia se ven colapsados con miles de cuestiones incidentales, derivadas del complimiento del régimen de comunicaciones, pagos de las pensiones, gastos extraordinarios, entrega de ropa en los intercambios, etcétera, ese colapso se verá incrementado ahora por las controversias que sobre esas materias surjan en relación a las mascotas. Pese a ello, dudo que se mejoren los medios, instalaciones y número de juzgados especializados de los que disfrutan un porcentaje de los españoles, no todos como debía ser, si como dice la Constitución Española somos todos iguales ante la ley. Por lo tanto, me parece bien la reforma que se va a llevar a cabo, pero creo que los edificios no se empiezan por el tejado sino por los cimientos, y en este caso los cimientos se vienen tambaleando desde hace mucho tiempo, pues parece ser que no hay mucho interés en crear esa especialidad de la jurisdicción de familia, reformar el derecho de familia y ayudar a que todos estos procesos terminen con una verdadera solución y no un agravamiento del problema, como ocurre en muchos casos, en que la resolución judicial lo que hace es aumentar la conflictividad entre los cónyuges o miembros de la pareja. Para concluir, solo decir e insistir en que claro que hay que proteger a estas mascotas, pero existen otras prioridades, que afectan a menores y que debían ser resueltas antes. Entre mi perro y mis hijos, creo que no hay duda de que éstos están por delante de aquél... ¿Y ustedes, qué opinan?

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