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José Emilio Munera

¿Cuarto poder?

J. E. Munera

El «efecto claudio» se hiela

Se diluye el «efecto Claudio» en este Hércules que sólo ha sumado dos puntos de los nueve últimos posibles

Un golazo del canterano Salinas evitó anoche la segunda derrota seguida en casa del Hércules, un equipo que cada vez juega menos y transmite las peores sensaciones de cara al derbi del próximo domingo en casa ante el Elche. A tono con la gélida noche de frío y viento en un horario imposible (20,30 horas), el conjunto blanquiazul ofreció un pésimo partido ante un rival directo como el Ontinyent, recién ascendido de Tercera, que marcó en su único disparo a puerta tras una muy buena contra. Se diluye el «efecto Claudio» en este Hércules que sólo ha sumado dos puntos de los nueve últimos posibles. No se discuten la actitud ni las ganas de sus jugadores, pero el nivel del juego es ínfimo y la propuesta futbolística es muy plana, de vuelo corto y gallináceo. Salvo un arranque decente en los 10 primeros minutos, con más llegadas que elaboración, el cuadro alicantino regaló toda la primera parte sin mandar en el partido ni imponerse en ningún sector del campo. No es de recibo en un equipo con aspiraciones de ascenso que el inicio de la jugada dependa de los envíos en largo de sus dos centrales Pol Bueso y Samuel. Se agota el crédito cada vez más al doble pivote Checa-Pepelu, incapaz de hilvanar algo de fútbol con criterio. Ausente por lesión Miñano, todo el caudal de juego se encomienda a impulsos individuales de genio o de inspiración de los tres medias puntas -Chechu, Juli y Gaspar-, pero ninguno de ellos tuvo anoche su día. En realidad, todo el equipo estuvo por debajo de su rendimiento habitual, frío y desangelado como la «noche de perros» que barrió el Rico Pérez. Imprecisos en la media punta, ineficaces en el eje central, negados en ataque y torpes en defensa: Connor bajó muchos enteros, el siempre brillante Juanjo Nieto desentonó y Samuel regaló una absurda falta en el centro del campo que le costó una tarjeta amarilla y no podrá jugar el domingo el clásico provincial contra su ex equipo. Tampoco estuvo brillante con los cambios el entrenador, que decidió retirar a Óscar Díaz para dar entrada a Tarí y seguir jugando con cuatro defensas la última media hora, en la que el Ontinyent se quedó con 10 futbolistas y el Hércules sólo fue capaz de rematar una vez a puerta con el zurdazo de Salinas a la escuadra. Pensar que este equipo, con lo que tiene y como juega, puede aspirar al ascenso es poco menos que un cuento de Navidad.

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