Manuel Martín Cuenca es un realizador de cine conocido por dirigir películas como el drama La flaqueza del bolchevique o el thriller psicológico Caníbal, que le reportó diversos premios y reconocimientos, y que acaba de estrenar El autor, donde relata la historia de un personaje que pretende ser escritor y para lo que al parecer no tiene ni la imaginación ni el talento necesarios. Ante lo cual, y con la idea de que la ficción se escribe a partir de la realidad y las experiencias, comienza a utilizar a sus amistades y vecinos para crear historias reales que resulten interesantes y sugestivas. Y así, el papel interpretado por Javier Gutiérrez nos muestra las artimañas del protagonista narrador que tras manipular, observar y tomar nota, pasa a escribir la historia, indagando hasta la obsesión en la vida de quienes le rodean.

Y, comentando su película, Martín Cuenca señala que ha tratado de buscar el humor para ironizar sobre la vida, intentando incluso reírse de sí mismo, lo que me parece un gran signo de inteligencia emocional al descargar los sentimientos de una forma creativa, lo que posibilita manejar con habilidad y calma las situaciones, pues aprender a reírse de uno mismo es uno de los caminos más sencillos hacia la resiliencia y la paz interior, para lo que es necesario un elevado grado de autoaceptación, que es la vía adecuada para independizarse de la opinión de los demás, en relación con lo cual es bueno aceptarnos como somos, aprendiendo a reírnos de nuestros defectos, errores y fallos, mirándonos con benevolencia y haciendo esfuerzos por perdonarnos en lugar de culparnos y, por supuesto, aprendiendo de ello.

Siendo tu propio amigo y cómplice , buscando siempre la ocasión de reír, y en ese camino de hacerlo de nosotros mismos, seremos menos sensibles a las críticas y a la opinión de los demás, y también, claro, a sus propias risas., pues la humildad y el sentido del humor nos hacen menos susceptibles a ellas, permitiéndonos también enfrentar los problemas amablemente y con una sonrisa, buscando siempre la parte positiva al aceptarnos como somos, haciéndonos más transparentes y ligeros, pues si te ríes de ti mismo no te molestará que los demás puedan hacerlo también en alguna ocasión.

De modo que me parece muy acertada la idea de Martín Cuenca de intentar aplicar el criterio de reírse de uno mismo, y recordando ademas que reír nos hace más felices, que es bueno para la salud y libera endorfinas, y que la sonrisa es atractiva y contagiosa, te propongo y aceptas, claro, tú también con una sonrisa, una tarde de cine y una película que imagino divertida y ocurrente, distraída y amena del director Martín Cuenca, ¡qué risa!, ¿no?, de título El autor.