Isabel Coixet es una directora de cine, escritora y guionista catalana de la que recuerdo como películas suyas que me emocionaron especialmente la brillante comedia dramática de temática indie Cosas que nunca te dije o el emotivo drama Mi vida sin mí, que es un conmovedor relato de una joven que ante la inminencia de su anunciada muerte opta por vivir intensamente ocultando a todos su destino y buscando caminos y experiencias no conocidos hasta entonces en un sentimental relato de palabras e imágenes inquietante y lúcido.

Y asisto con interés al estreno de su último filme que narra la historia ambientada en 1959 de una valiente mujer decidida a llevar a cabo el sueño de abrir la primera librería que haya habido nunca en una tranquila localidad costera de Inglaterra, en una cinta que reivindica el amor por la literatura, como anuncia su cartel publicitario al señalar que entre libros nadie puede sentirse solo.

Adaptando Isabel Coixet una novela de Penélope Fitzgerald que narra la historia de una animosa mujer empeñada en un objetivo que persigue a pesar de los obstáculos que plantean sus vecinos, que parecen contrarios a las bondades de la lectura, y especialmente los que causa una egoísta y rica dama de la alta sociedad con otros planes para la casa elegida por la protagonista para la venta de sus libros.

Y disfruto con la sugestiva historia de la valiente mujer enfrentada a tantos obstáculos, con la única ayuda de un anciano solitario encerrado en su mansión y dedicado a la lectura y de una perspicaz y encantadora niña y contemplando el relato de la lucha por un sueño y un proyecto reflexiono en la importancia para esto último de una actitud optimista y positiva, junto con la idea de ser resiliente y capaz de sobreponerse a las situaciones adversas, haciendo frente a los obstáculos con determinación y coraje, entereza y bravura, y luchando siempre hasta el final con esperanza y convencimiento .

Y termina la película, que me encanta, y pienso que ahora, precisamente, me gustaría leer esa historia de una apasionada mujer y su lucha por alcanzar un sueño y de su pasión por la literatura y los libros que imagino compartir con ella sintiendo que leer requiere silencio y paciencia, retiro y atención, y que proporciona compañía y consuelo, ayuda y aliento, sapiencia y espíritu crítico, entretenimiento e instrucción.

Y como me preguntas respondo, mientras se encienden las luces, que me gusta leer, y también escribir para reflejar mis ideas y sentimientos, y salimos a la calle, y buscamos los dos, claro, ya sabes, lo tenemos muy claro... La Librería.