Vicente Mir no ha hablado nunca de toros y espectáculo, como hizo en su día Fabri y que le costó el puesto con el Elche tercero en la tabla, pero sí ha repetido una y mil veces que la Segunda B es complicada y que ganar por goleada es una quimera. Desde el principio se quiso vender la película de que se tenía la mejor plantilla de Segunda B, incluso ayer Jorge Cordero insistió en esa idea, pero con el paso de los partidos se ha podido comprobar que esta plantilla no era tan perfecta como la pintaban y que en algunas zonas del campo está descompensada. Ningún equipo, ni el Real Madrid, que abrió la puerta a Morata y Mariano, tiene cuatro delanteros de nivel en su plantilla, como el Elche, cuando en el fútbol actual se juega con uno y medio. Cuando estaba en el filial, Mir tenía a Cristian Herrera y Sergio León y sólo utilizaba a uno. El hecho de jugar con dos ha provocado un desequilibrio en la medular que le lleva a no dominar los encuentros. Tampoco existe desequilibrio por banda, ya que entre lesiones y otras cosas Iván Sánchez y, sobre todo Collantes, no han dado todavía su mejor nivel. A nivel físico el equipo parece estar sin chispa y algunos jugadores no pueden con la presión de jugar en un equipo con las exigencias de este Elche. Quedaba tiempo por delante para mejorar, pero en este caso Diego García ha querido mover ficha de forma rauda y veloz después del pasotismo que mostró la pasada campaña con Alberto Toril. Ahora ha desenfundado de forma rápida, aunque debe saber que sigue estando en manos de los jugadores. Tanto Mir, como Cordero, han coincidido en el diagnóstico y señalan a los futbolistas. El extécnico habló de falta de actitud y el director deportivo de recuperar a la plantilla porque no sabe lo que le está pasando al grupo. Los profesionales ya se han quedado sin careta, sólos ante peligro. Cuando Mir les preguntó ayer, en su despedida, si alguno había tenido problemas con él, si quería decir algo, nadie dio el paso al frente. Será en el campo donde tendrán que darlo porque están un club que no puede permitirse el lujo de no volver a Segunda en verano. El listón está alto: El Elche es segundo y está vivo en la Copa.
