Los recientes episodios de violencia extrema que se siguen desarrollando todas las semanas en nuestro país, y que llegó a un caso extremo la semana pasada con crímenes de género y otros de parricidios, determina lanzar un grito de ¡basta ya! a tanta violencia. Porque no hay excusas para retrasar ni un solo segundo más la tramitación urgente de las medidas que se aprobaron en el Congreso y en el Senado hace ya unos meses y que se hace preciso poner en marcha ya.

Ni pueden esperar más las víctimas ni puede esperar más una sociedad que no puede resolver los crímenes de género y contra los menores con fotografías de minutos de silencio a la puerta de las instituciones. Porque la repulsa social no arregla el problema, sino que solo se recuerda al día siguiente de los hechos que no se puede aguantar más ante el ejercicio de una violencia desaforada por personas que asesinan a sus mujeres y a sus hijos sin detenerse a pensar ni siquiera por un segundo el execrable acto que están haciendo matando a los suyos. A hijos e hijas que llevan su sangre y que ellos tomaron la decisión de traer a este mundo, y a las mujeres con las que decidieron acometer un proyecto de vida en común y que acaban asesinando de la forma más cruel que en cada caso les pueda venir a la cabeza.

Por todo ello, la respuesta del Estado no puede esperar un segundo más, porque la violencia extrema que se vive en nuestro país exige una respuesta urgente y medidas proporcionales. Durante esta semana y la próxima se desarrollarán actos en todo el país para traer a nuestras conciencias que el «basta ya» no es solo una expresión, sino que es un grito de desesperación que es preciso atender, porque ya no sirven solo las manifestaciones públicas de repulsa, sino que el grado extremo y repetitivo de los hechos que se producen en nuestro país cada semana nos obliga a entender que todos los días deben ser 25 de noviembre hasta que no tengamos unos instrumentos lo suficientemente eficaces para luchar contra los transgresores de la paz y convivencia familiar y del respeto no solo en relación a los demás, sino, sobre todo, con los tuyos. Porque no basta que esta semana o desde el 25 de noviembre al 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, se ponga en marcha la campaña «16 días de activismo contra la violencia de género», que tiene por objetivo sensibilizar y movilizar al público en todo el mundo para lograr un cambio, sino que esa campaña debe ser todos y cada uno de los días que hagan falta hasta que esto termine.

En cualquier caso, hay que poner de manifiesto que se han adoptado muchas medidas desde que en 1999 en este país acabamos por darnos cuenta que había que adoptar medidas contra la violencia que se ejerce contra las mujeres y los niños. Pero la realidad es mucho más cruda y nos exige un mayor esfuerzo cada día y una mayor rapidez a la hora de adoptar medidas, pero, sobre todo, dedicar un presupuesto concreto para poner en marcha soluciones. Desde hace muchos años venimos diciendo que hay que poner en marcha servicios comunes en las sedes de las audiencias provinciales para coordinar la actuación contra la violencia (medida que se ha incluido en el documento del Senado), que es preciso extremar el esfuerzo en la valoración del riesgo desde el primer momento en que declaran las víctimas, que hay que ponerles a su disposición un letrado y un procurador de oficio que las atienda, que hay que aplicar la pena de prisión permanente revisable a quien cruce la línea y acabe con la vida de los suyos, que los protocolos de coordinación no basta con hacerlos, sino que hay que ejecutarlos y que sean de verdadera coordinación, entre otras medidas. Sin embargo, pese a que hay soluciones que son evidentes, hasta algunas de ellas se acaban torpedeando. Por ejemplo, con la prisión permanente no solo no se propone que se imponga en estos casos de violencia contra mujeres y niños, sino que se acaba de proponer que se derogue completamente para los pocos casos que se aplica.

En conclusión, el día 25 de este mes volveremos a manifestarnos contra toda esta violencia extrema en el día internacional contra la violencia que se ejerce contra las mujeres. Pero hace falta que todas las medidas que se proponen en los congresos, como el que se celebra esta semana en Alicante organizado por la Diputación Provincial, las medidas que se propongan se lleven a cabo. Pero sin retrasos ni más esperas. Porque, mientras tanto, se sigue asesinando a más mujeres y niños.