Probablemente con el espacio lineal que ocupan las noticias aparecidas en la última década sobre la Nacional 332, se puedan completar los kilómetros que faltan por desdoblarla a su paso por Torrevieja. Si finalmente se aborda el proyecto, no solo dejará de ser un quebradero de cabeza, sino que podría permitir salvar un escollo para una importante iniciativa.

Repasando la hemeroteca de 2009, en agosto encontramos al portavoz del gobierno en el Ayuntamiento de Torrevieja, del Partido Popular, afirmando que «todos los terrenos municipales requeridos han sido puestos a disposición del Ministerio»; es decir, «con 2 años de retraso» tal y como recogía en abril el titular de Información. También aseguró «el absoluto compromiso de lealtad institucional», compromiso puesto en entredicho por el Gobierno en octubre, al manifestar que «parte de los terrenos no han sido cedidos». Hoy la N-332 no sería un cuello de botella a su paso por nuestra ciudad, si quien gobernaba entonces el consistorio hubiera emulado a las otras localidades, actuando con presteza, pensando en sus ciudadanos. Ocho años después, aquel portavoz es un diputado en el Congreso que al tratar la problemática, acusa de «sectarismo político y de anteponer el odio al avance económico y social» a otras formaciones; sus intereses respecto a la vía han cambiado. Mientras, la falta de desdoblamiento de la N-332 a su paso por Torrevieja sigue siendo noticia; aunque por una vez puede traer algo positivo. El proyecto para completarlo, con una incorporación, podría acabar aportando mayor solidez a la propuesta del Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral, el Pativel, para proteger un millón de metros cuadrados.

La Generalitat pretende establecer un corredor ecológico entre «Lo Ferrís» y la laguna de Torrevieja mediante el Pativel. Como se mencionó en un informe, dicho plan tiene un obstáculo que dificulta su viabilidad, la propia N-332. La ingeniería nos permite superar este tipo de escollos mediante la construcción de un «ecoducto», una infraestructura que permite a la fauna salvar carreteras y vías férreas, muy habitual en otros países europeos, pero con poca implantación en España. Esta idea lleva adjuntos inconvenientes a franquear, como la dificultad técnica de realizarla, al haber poco espacio disponible a ambos lados de la carretera y el incremento de los costes, que sería mayor al ya estar desdoblado el tramo que separa las fincas.

Existe fauna susceptible de ser beneficiada con el corredor ecológico. Por tanto, un estudio sobre el potencial paso de especies será revelador. Es cierto que hacer ver la importancia y beneficios de estas infraestructuras no es sencillo; el incremento en los costes de un proyecto sí es evidente, gastos que son perfectamente asumibles por el Ministerio o más aún, si a través de un acuerdo participa la Generalitat. Además, por estudiar su viabilidad no se pierde nada. A la hora de tener en consideración una propuesta como la mencionada, hay un importante detalle a valorar, si se cuantificaran los costes y daños, que ya estamos pagando, de la fragmentación que provocamos al medio natural, veríamos que estos son muy superiores.