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Cuarto poder

«Il capitano», agonía y redención

Ningún otro juego reúne tantas dosis de incertidumbre en el marcador y emoción en los instantes finales; tanta carga de pasión y entusiasmo desbordados en una sola acción

Merecidamente agasajado en su partido 300 con la camiseta blanquiazul, el capitán del Hércules Paco Peña vivió ayer uno de los días más emocionantes de su larga carrera. Con la fe y el pundonor que marcan sus 20 años como profesional del fútbol, «il capitano» buscó el primer palo en el último minuto para firmar el gol de una victoria imprescindible y pasar de villano a héroe en la fiesta de su tricentenario. Por estas jugadas el fútbol es un deporte incomparable que mueve legiones. Ningún otro juego reúne tantas dosis de incertidumbre en el marcador y emoción en los instantes finales; tanta carga de pasión y entusiasmo desbordados en una sola acción. Lejos de su mejor versión en esta etapa crepuscular de su trayectoria, Peña contribuyó decisivamente al gol inicial del Atlético Baleares al perder un balón de forma absurda en la línea de zagueros del Hércules. Pero no se descompuso el extremeño en un día tan especial para él. Animado por sus compañeros, fue entrando en juego y mejorando su aportación por la banda izquierda hasta que llegó su momento en la prolongación para regalarse el gol de su vida tras un gran centro de Miñano, que todo hay que decirlo. De la agonía a la redención pasó en un instante Peña, que ya figura en los libros de historia del club blanquiazul. Ahora bien, la hazaña del capitán no puede enmascarar el deficiente partido del Hércules, que se ha abonado al sufrimiento de los instantes finales y sus últimos tres partidos en casa los ha ganado por la mínima entre el minuto 85 y el 92. Contra la opinión de Claudio Barragán, no fue reconocible el conjunto alicantino: lento, previsible, plano y muy justo de fuerzas. Ni Pepelu ni Checa le dieron sentido al juego y todo quedó a expensas de lo que pudieran hacer los tres de la media punta: Gaspar, Juli y Chechu Flores. Entre los dos primeros facturaron el empate y el jienense fue el más incisivo del grupo hasta que Claudio decidió cambiarlo el minuto 90 por Tarí cuando el marcador estaba igualado. Sorprendió tanto este relevo como el de Gaspar, que acababa de firmar una asistencia de lujo para el 1-1 cuando fue retirado y siempre garantiza calidad a balón parado con su zurda. Además de corto de juego, el equipo dio muestras de falta de fuelle y vigor: desde el empate en el minuto 56 ya sólo fue capaz de tirar a puerta en el 92 cuando Peña, «il capitano», se rebeló contra el destino para entrar con honor en la memoria colectiva del herculanismo.

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