¿Dónde queda todo el trabajo, todo el tiempo empleado y el dinero gastado por los denunciantes cuando se cierra un juicio en falso, como ocurrió el pasado 18 de septiembre con la adjudicación irregular de las Fiestas de la Virgen de la Paz de 2011 en San Fulgencio?

Es extraño que los abogados que iban a defender a los acusados les aconsejaran declararse culpables, que no digo yo que no lo fueran, pero ni siquiera intentaron defenderles.

Claro, que no es tan extraño si se tiene en cuenta que de la propia declaración de uno de los acusados y de las declaraciones de varios testigos, me consta que se iba a poner de manifiesto una reunión celebrada en el mes de marzo del 2015, antes de las elecciones municipales, en la que estaban presentes, entre otros, el abogado de uno de los investigados y el alcalde Carlos Ramírez Sansano.

De esta reunión salió el famoso «comunicado-escrito» del señor Jeff Wiszniewski en el que exculpaba al señor alcalde de cualquier implicación en este asunto y que el regidor utilizó para presentarlo ante el juzgado y también ante la Ejecutiva Provincial del PP para que se le permitiese presentarse como cabeza de lista.

En esa reunión también se trató algún que otro tema económico y supuestamente se llegaron a varios acuerdos como el compromiso del reparto de cargos remunerados después de las elecciones o el pago por parte del Ayuntamiento de la defensa del señor Wiszniewski y que, como era de esperar tras los resultados obtenidos por el PP después de las elecciones, quedaron en saco roto, con el consiguiente cabreo de los engañados.

Dicho esto surgen muchas preguntas, pero quizá las más inquietantes y posiblemente casi respondidas son estas:

¿A quién o quiénes no le interesaba que se celebrara ese juicio?

¿Por qué no se quiso escuchar lo que tenían que decir los testigos?

Se han saldado las deudas y conseguido todos los objetivos pactados, ¿verdad?