Darren Aronofsky es un director, guionista y productor estadounidense, hijo de dos profesores de origen hebreo y descendientes de polacos, cuya última película de título Mother ha generado opiniones muy distintas, siendo cierto que sus obras nunca causan indiferencia, y que sus personajes, su estética y su estilo narrativo, complejo y difícil, es recurrente que llegue a fascinar o a irritar a críticos y espectadores.

Recuerdo que me encantó su película El luchador, con el gran actor Mickey Rourke, en un relato conmovedor y apasionado de los angustiados intentos de supervivencia de un veterano luchador de lucha libre agobiado por el paso del tiempo, la soledad y el fracaso.

También su brillante dirección de la película Cisne negro, en el que describe con desasosiego e intriga la complicada y confusa personalidad de una brillante bailarina de ballet en la ciudad de Nueva York, enfrentada a su perfeccionismo y a las presiones de su exigente madre, sus feroces compañeras rivales y competidoras, y el severo director de la obra en la que baila.

Y a propósito de las diferentes y encontradas opiniones que genera Aronofsky, es cierto que en la vida cotidiana cada persona construye su propia realidad respecto de un mismo acto o situación, pues cada individuo lo interpreta y lo vive a su manera, y de acuerdo a su experiencia, pensamientos y actitudes, cuando debatimos con otros es importante tener en cuenta que la verdad absoluta es una quimera, y que existe siempre una posible diferente visión de la realidad, y que cada uno tiene su verdad, para con ello comprender mejor los pensamientos, emociones y sentimientos de los demás, y poder desarrollar el respeto y la tolerancia.

Y en el último momento, ante el que imagino un extraño y misterioso relato de terror y excesos del que se augura que lo que vas a ver tardarás en olvidar y en que desaparezca de tus sueños, y del que además no me fascinan sus intérpretes, no acudo a ver el controvertido último film de Aronofski, de título Mother, en cuya sinopsis se anuncia que a su protagonista -interpretada por Jennifer Lawrence- le sorprende que su marido -a quien interpreta Javier Barden dando vida a un escritor en plena crisis de inspiración- deje entrar en su alejada y solitaria casa apartada en el campo a unos desconocidos, lo que deriva en un comportamiento cada vez más extraño de todos los ocupantes de la morada y en una historia convertida en metáfora de todos los conceptos que mueven el mundo.

Y mientras pienso que me solidarizo con todo escritor en busca de sus musas, me proponen, y esto sí me encanta, que puede ser una buena idea acudir a ese club de mis amigos Javier y Ángel, cuyo nombre Mother parece recordarme algo, y allí pasar un buen rato disfrutando de la compañía, del estilo, del ambiente y de la música, estando segura que con este Mother voy a dormir mejor.