El primer invitado fue Javier Gutiérrez. No podía ser otro, habida cuenta que el programa se emitió desde la mismísima Concha de San Sebastián, y a nadie le extrañaría que El autor, la película que protagoniza, le proporcione una Concha. Tanto a él como a su director Manuel Martín Cuenca.
Gutiérrez es el actor de moda (con el permiso de Eduard Fernández). Hace buen cine, buen teatro y buena televisión. Con Estoy vivo La 1 lleva un mes siendo los jueves la cadena más vista. Por otro lado, en San Sebastián han proyectado íntegra Vergüenza, de Cavestany, a la que no citaron en el programa porque es proyecto de Movistar y, quiero pensar bien y ser bueno, porque no hubo tiempo.
Los 60 minutos de Atención obras, tras diez semanas de ausencia, fueron un chute de momentos felices. A borbotones. Sólo tengo espacio para contarles uno. Cuando Cayetana Guillén Cuervo pidió a Javier Gutiérrez que confesase si mentía alguna vez, y él respondió que sí. Cada vez que empleaba su saludo preferido. Diciendo «qué bien estás» a todo quien se cruza en su camino. Fuera más o menos cierto. «Le hace sentir bien a la otra persona. Y a mí también». Un grande.