Hay un Ulyses mediterráneo y un Ulyses atlántico, que son alfa y omega de la historia de la novela, de Homero a Joyce. El mediterráneo (Odiseo) es un aventurero valiente y carismático, pero la fama le viene sobre todo de astucias, trampas y picardías. El Ulyses atlántico ( Leopold Bloom) es hombre bastante cabal, un socialdemócrata que deplora los excesos patrióticos, tolerante en sexo (o consentidor, sin más) y casado con una gibraltareña algo lasciva. El primero es un héroe, y el segundo un antihéroe. Para llegar a su Ítaca particular, los impulsores del «procés» se habían encomendado al tramposo Ulyses mediterráneo, con todo preparado para el 2-0. Abortado el invento, el astuto Odiseo tratará ahora de que en el Estado de Derecho vean todos a Polifemo y, si antes no se suspende la autonomía, podría convocar elecciones: sería La estaca, que canta Llach, pero en el ojo del gigante.