Felipe VI sentó plaza de colchonero cuando era niño. Fue en el estadio Vicente Calderón. El club le regaló el equipaje atlético y desde entonces los seguidores del club lo han tenido como de los suyos. Aunque la Reina doña Sofía me comentó, en una recepción en La Zarzuela, que dijo que era atlético porque era muy niño cuando le hicieron la pregunta y para no quedar mal dijo que sí. Sin embargo, en la inauguración del nuevo estadio Metropolitano presidió el encuentro inaugural. El público le dedicó una cariñosa ovación a la que respondió puesto en pie en la primera fila del palco. Felipe VI, Quinto para los reinos de la Corona de Aragón, es el heterodoxo de la familia Real. Los Borbones han sido madridistas desde los tiempos de Alfonso XII.
En la inauguración del desaparecido Estadio Metropolitano don Juan de Borbón estuvo en el palco e hizo el saque de honor. Don Juan, no obstante, estuvo en la inauguración del también desaparecido estadio de la Ciudad Lineal, primero que tuvo el Madrid con hierba. En aquella ocasión gritó un ¡Hala Madrid! y su tutor, el conde de Grove, le dijo: «Son todos españoles, señor. Que gane el mejor». «Bien, pero que gane el Madrid», respondió. El Madrid jugó aquel partido contra la Real Unión de Irún.
Con motivo de la proclamación de Alfonso XIII, el club madrileño presidido y fundado por los hermanos Juan y Carlos Padrós, catalanes y «del comercio», organizó un torneo que dio origen posteriormente a la creación del campeonato de España. El campeón era, antaño, el equipo que ganaba la Copa.
Don Alfonso y doña Victoria Eugenia presenciaron más de un partido en el campo madridista de la zona de O'Donnell. Doña Victoria, en su casa de Lausana, exiliada, recibió la visita del club con motivo de su partido de Copa de Europa. Fue el 8 de septiembre de 1955. Jugaban contra el Servette de Ginebra. Con ella estaban don Juan, su esposa doña Mercedes, el príncipe Juan Carlos y sus hermanas Pilar y Margarita.
Esta visita tuvo una anécdota con Di Stéfano de protagonista. En el descanso, partido que no se iba ganando con facilidad como se presuponía. Al descanso se empataba a cero. Rial y Muñoz marcaron en los minutos 74 y 90. Raimundo Saporta, vicepresidente del club, bajó a los vestuarios acompañado de un joven, alto y rubio del que dijo que tenía gran provenir. Éste saludó a los jugadores y cuando se retiraba dijo: «Ahora, a sudar la camiseta». A Di Stéfano se le hinchaban las muñecas y durante el descanso las metía en un lavabo con agua fría. Al oír la frase se volvió y dijo: «Andate a cagar che». Alfredo puso el epílogo a la historia cuando me dijo: «Y luego lo hicieron Rey».
El Madrid obtuvo en título de Real en 1920. Durante la República perdió la realeza y la recuperó durante el franquismo. Saporta me dijo en cierta ocasión: «El Madrid fue monárquico con el Rey, republicano con la República y franquista con Franco. Siempre al lado del poder». El club reconoció la presidencia de Rafael Sánchez-Guerra, oficial republicano y resistente hasta el final de la contienda, junto al coronel Casado y al diputado socialista don Julián Besteiro. Sánchez-Guerra, al regreso del exilio y cuando ya había enviudado y profesó como dominico en Villava. El club al completo, en su desplazamiento a Pamplona, le visitó en el convento. El presidente de los tiempos de Guerra Civil, Antonio Ortega Gueiérrez, coronel del III Cuerpo del Ejército, y que dirigió el club con entusiasmos similares a los de Bernabéu, no ha sido reconocido como tal. Fue condenado a garrote vil y muerto en el castillo de Alicante el 15 de julio de 1939.
En un viaje con los Reyes por el Congo, en la tertulia del domingo por la tarde, unos jesuitas vascos nos comentaron el resultado de la jornada de Liga. En la distendida charla le dije al Rey: «Lo siento por el Príncipe. El Valencia le ha ganado al Atlético». Don Juan Carlos no desmintió el colchonerismo de don Felipe. Don Juan Carlos siempre ha asistido en el Bernabéu a partidos de Liga y de Copa de Europa. A don Felipe no se le ha visto con esta querencia. Tras la ovación del nuevo Metropolitano ha quedado adscrito de por vida al colchonerismo. Es el heterodoxo de la familia. Alguna vez tenía que existir una excepción.
