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Tiene que llover

El desparrame

De las cadenas generalistas, Cuatro y no hace falta decir que La sexta estaban retransmitiendo la diabólica puesta en escena del parlament salpicada como supondrán de comentarios para todos los gustos dicho en plan suave, mientras que el Canal 24 horas se abstuvo de hacerlos aunque ni por un instante se permitiese el lujo de pensar siquiera en la desconexión. El procedimiento elegido por los prebostes de la cámara para dar el golpe de gracia derrama zozobra por las esquinas. Cuando decretaron un alto con tal de reponer fuerzas o cualquiera sabe para qué, la pucelana vice tomó la pantalla y, con los ojos saliéndosele de las órbitas, completó el estupendo panorama. Siguió rato con su formal y desgarradora alocución y, entretanto, dio inicio «Corazón» que abrió en La 1 con la reclamación de paternidad por parte de presunto noveno hijo de Julio Iglesias. Admitámoslo: una réplica más internacionalmente carpetovetónica que ésta a tanta acaparación de la mano de Forcadell no es fácil de encontrar. A pesar de que resulte duro escucharlo, ver a ese esperma ya talludito persiguiendo su Gwendolyne supuso a esas horas todo un alivio. Una vez en el telediario nocturno, las violentas escaramuzas entre independentistas y lesionados de la otra zona se alternaron con el dictamen en el que se hacía constar que el adeene de la susodicha no se corresponde ni de broma con el de Dalí. Por muchas excentricidades que acumule su biografía, el maestro de Figueres andará de los nervios. Debe pensar: «si a don Antonio Machado, que de bueno que era hizo harapos su salud defendiendo los valores propagados por la república, han querido despojarlo de una calle en el corazón del Vallés occidental, ¿qué me pueden hacer a mí que ni yo he sabido nunca si estoy de acuerdo con lo que pienso? ¿Me subirán en consecuencia a los altares o, al ser vidente ella, le darán cometido en el procés?». Ya lo dijo Josep Pla: «la patria es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie». Otro que tampoco puede descansar en paz.

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