Juli, siempre Juli. El delantero alcoyano volvió a ser providencial anoche en la victoria copera del Hércules que le permite soñar de nuevo con un Primera de competición europea si supera la próxima ronda. En un partido trabado y accidentado, con muy poco fútbol y una expulsión por cada bando, Juli adelantó a los alicantinos cuando su equipo jugaba con 10 por la absurda autoexpulsión de Miñano y fue decisivo en la prórroga al asistir a Chechu Flores en el penalti del 2-1 definitivo, que sólo existió en la imaginación del árbitro. Se ha convertido ya en algo habitual que el menudo delantero llegado del Córdoba resuelva todas las papeletas del equipo de Siviero, que no termina de arrancar. Frente al colista del grupo IV de Segunda B, el Hércules ofreció un tostón de partido. Hasta que aparecieron Juli y Chechu, el equipo jugó sin ritmo, ni energía, ni chispa. No funcionaron los inventos del técnico -Óscar Díaz por la banda izquierda y un errático Gaspar por dentro en el centro-, ni tampoco la segunda unidad del equipo ayudó, ni Carlos Fernández estuvo acertado en el remate como de costumbre, ni Samuel en la salida del balón, ni Navarrete puso orden en el juego... En medio de tanto caos, Juli volvió a ser decisivo. Como siempre.
